Si hay algo que necesitan las producciones de época para poder funcionar es una buena puesta en escena. La caracterización y la ambientación son dos cosas que deben combinar a la perfección para tener el éxito asegurado. Y, una de las pocas que lo ha logrado en el último tiempo es Bridgerton. La serie, que se estrenó por primera vez a través de Netflix en 2020, es un espectáculo visual en cuanto a las características que necesita para triunfar.
Tal es así que la trama no podía ser menos y desde su primera edición cautivó a miles de fanáticos alrededor del mundo. Por eso la plataforma no dudó en volver a apostar por Bridgerton y mañana, viernes 25 de marzo, esta serie regresa con ocho nuevos episodios que tienen todo para convertir a la tira, otra vez, en un fenómeno mundial. Sin embargo, más allá de que su historia es igual de atrapante que la primera vez, lo que más destaca es su impecable producción.
Durante la primera temporada Bridgerton deslumbró con su vestuario y sus locaciones, pero ahora ha ido más allá. El equipo de vestuario de la serie es digno de aplaudir porque es el que logra que el espectador sienta verdaderamente que los actores están en esa época y lo invita a olvidarse que de que en realidad se trata de una ficción. Además, claro, el hecho de que el elenco sea tan bueno en su totalidad es un punto a favor, una vez más, para esta ficción.
Ambientada en la época de la Regencia del Londres del siglo XIX, en esta ocasión la tira muestra cómo una nueva temporada comienza y la élite británica se prepara para lo que les espera: las mujeres, ser presentadas en la sociedad, los hombres buscar a su esposa ideal. Jonathan Bailey, quien es el protagonista de esta edición deslumbra nuevamente con su interpretación de Anthony: es, por momentos, desgarrador, tierno y amoroso, pero dramático y frío con una coraza que intenta interponerse con sus sentimientos.
Luego, la incorporación de Simone Ashley y Charithra Chandran dará mucho de qué hablar. Las jóvenes actrices interpretan a las hermanas Kate y Edwina Sharma, respectivamente, y hay que mencionar que teniendo dos de los papeles más importantes logran cumplir con el objetivo: atrapar a los espectadores con su historia. Aunque, a decir verdad, son buenas actrices y eso no hay quien lo niegue, pero a veces sus expresiones y sus actitudes en la serie son un tanto exageradas y poco creíbles.
Eso sí, hay que dejar en claro que Simone Ashley y Jonathan Bailey, quienes se convierten en la pareja protagónica desde el principio hasta el fin demuestran una química impresionante. Su trabajo en conjunto frente a las cámaras deja en evidencia que son una dupla que funciona y puede llegar a causar la misma sensación que Daphne y Simón en la primera parte. A su vez, más allá de los grandes trabajos del elenco, Bridgerton vuelve a sorprender con su hermosa historia.
Bajo la premisa de que el vizconde debe encontrar el amor, esta serie combina el romance con el drama mediante el planteo de la pregunta: ¿por qué hay que priorizar el bienestar de los demás ante el propio? En los ocho nuevos episodios esta es una duda que aqueja a los protagonistas y que la mantienen durante toda la historia llevando al espectador a poder conectar con la trama como si fuese propia.
Tal es así que, sin dudas, Bridgerton tiene todos los condimentos para volver a encantar a los fans. A pesar de que Phoebe Dynevor y Regé-Jean Page ya no tienen su lugar principal, su salida de la serie fue bien reemplazada por Bailey y Ashley. Esta nueva dupla será perfecta para cautivar la atención de los fans, al igual que sucede con Lady Whistledown, quien es la que causa estragos en la alta sociedad.
La escritora tiene a la élite en vilo desde la primera edición y, por supuesto, ahora no podía ser diferente. No obstante, hay que destacar que en esta ocasión para Penélope Featherington las cosas se complican un poco más. Pues, puede que su identidad corra peligro y, sinceramente, debe hacer todo para salvaguardar su integridad tomando difíciles decisiones. Y, dicho esto, esta parte de la trama narrativa estará a la par de la historia de amor de los protagonistas. Es decir, Bridgerton vuelve por todo lo alto y puede, una vez más, convertirse en la serie más vista en la historia de Netflix.
