La película ganadora del Tiger Award en el Festival Internacional de Cine de Rotterdam fue EAMI, dirigida por Paz Encina. Entre los elementos que destacan dentro de este trabajo debe mencionarse al sonido. A nivel sensorial juega un papel fundamental en la narrativa del viaje que emprende su protagonista: un último recorrido por su hogar, la selva. 

Un objetivo de la cineasta era rescatar con fidelidad los sonidos selváticos y genuinos que ofrece la naturaleza. Su intención no era adornar el toque de realismo mágico con que cuenta su historia sino añadir al efecto sonoro como un personaje más en esa travesía de amor, dolor y nostalgia. Para ello recurrió al talento hecho en México.

 

“Tuve la suerte de trabajar con dos mexicanos: Javier Umpiérrez, que fue el diseñador de sonido, y la mezcla la hice con Carlos Cortés, que fue quien ganó el Oscar. Tuve tremendos diseñadores y mezcladores. Trabajamos muy conscientes de que la imagen tenía un tiempo y el sonido tenía que envolver. Fue para mí un lujo trabajar con ellos dos”, comenta a Spoiler.

Si bien es cierto que Javier Umpiérrez es argentino de nacimiento, su código postal dice que es mexicano. Gran parte de su trayectoria la ha desarrollado en nuestro país destacándose en películas como Ya no estoy aquí y Una película de policías. 

Por su parte, Carlos Cortés levantó la estatuilla dorada que la Academia de Hollywood entrega en la categoría de Mejor Sonido. Su labor en Sound of Metal fue de amplio reconocimiento a nivel mundial, lo que detonó que producciones internacionales voltearan hacia México para buscar talento en el apartado sonoro.

El trabajo de ambos junto a Paz Encina para el resultado final de EAMI fue más allá de lo técnico. Implicó también una sincronía emocional de mucha fuerza y sensibilidad debido a que la historia se concentra en un territorio que está por desaparecer. “Todo el tiempo tuve el presentimiento de que prácticamente estaba grabando las últimas imágenes y sonidos ahí”, comparte la directora.

Así, este conjunto de esfuerzos derivó en una película que ha cautivado en Rotterdam y otras latitudes.