Hay sucesos tan absurdos e inverosímiles que solamente pueden propiciarse en la vida real. Ni la mente más ocurrente inventa situaciones tan ingenuas o burdas desde la imaginación para una ficción. Y es que la realidad es una enorme fábrica de anécdotas donde el ser humano es capaz de crear historias impensables en función de sus inauditas acciones. Por ejemplo, los robos torpemente cometidos.
A lo largo de la historia se han registrado asaltos tan mal ejecutados que se convierten en episodios de humor involuntario. Lo increíble de esas experiencias criminales fallidas ha sido atractivo para el cine, arte que a su vez se alimenta de esa realidad para trasladar al plano ficcional lo aparentemente irreal y contarlo desde distintos géneros cinematográficos.
Basta recordar la extraordinaria Dog Day Afternoon (1975), de Sidney Lumet. Fue una película que mezcló comedia sutil con thriller para narrar el atraco a un banco sin dinero que fue planeado por un hombre que quería pagar la operación de cambio de sexo de su marido anónimo. Si bien el final de los asaltantes es trágico en el filme, el desarrollo del robo y la torpeza de la policía durante las negociaciones (porque hay una simpática toma de rehenes) fue moldeado por el hecho verídico de ese suceso.
En esa tónica de absorber una anécdota real para contarla mediante comedia y thriller es como encontramos a Corazonada (2022), de Juan Manuel Cravioto. El director retoma el fraude millonario que intentaron llevar a cabo funcionarios, edecán y encargados de grabar los sorteos de Pronósticos en 2012 con el cobro del premio de Melate. Pudo ser el robo perfecto de no ser por tonterías cometidas al cobrar el dinero, lo cual marcó la pauta para que las autoridades descubrieran el engaño.
Fue una de las noticias más surreales del México contemporáneo. Cravioto, como guionista y director, la rescató del olvido para elaborar una película entretenida que coloca al espectador en una posición que no siempre es fácil de conseguir, mucho menos en el presente actual del país. ¿Cuál? Empatizar con los delincuentes. Algo así como lo que pasó con Ocean’s Eleven (2001), de Steven Soderbergh. No nos hagamos de la vista gorda; un sueño o ilusión momentánea ha sido ganar la lotería o robar un banco como en las películas. Claro, mientras no sea como en Tarde de perros.
Probado como un realizador que conoce su oficio y que gusta de jugar con los géneros cinematográficos, Cravioto ha encontrado en la comedia un conducto para hacer el cine que le interesa y las historias que quiere contar. Pero evita los chistoretes y los gags de sketch televisivo. Por el contrario, su gracia la acomoda con armonía tenue en lo que para sus personajes es tragedia o miedo. De igual forma, su comedia es permisiva y acomedida con géneros como el thriller, lo que dota de suspenso al camino que emprenden sus personajes. En contraste, el público tiene la oportunidad de atestiguar con humor los periplos de los protagonistas.
Los personajes del reparto conformado por Osvaldo Benavides, Bruno Bichir, Michelle Renaud, José Sefami, Kristyan Ferrer y Adrián Vásquez tienen el rasgo de no ser virtuosos ni talentosos en nada, es decir, simples mortales como cualquier individuo. Eso igualmente influye de forma positiva para simpatizar con su causa, tal como ocurre con los cinco amigos que roban un casino en Cinco nacos asaltan Las Vegas (1987), de Alfredo B. Crevenna.
Corazonada es una comedia fusionada con thriller que, además de causar un buen rato de entretenimiento, nos recuerda que en el México real todo es posible y que lo inverosímil puede ser gracioso.