La invasión de Ucrania por parte de Rusia ha movilizado a diferentes ámbitos para posicionarse con respecto al conflicto. Desde el plano deportivo al musical, pasando principalmente por la política, organismos, federaciones y figuras han tomado la decisión de cerrar sus puertas a cualquier invitación, presencia o entidad rusa en protesta contra el belicismo. Y el cine no es la excepción.

Mediante un comunicado oficial, el Festival de Cannes también se pronunció sobre el tema. De forma precisa puntualiza que no recibirá a ninguna delegación ni aceptará la presencia de personas ligadas al gobierno ruso. Su postura está sustentada en el origen del festival: “en lealtad a nuestra historia, que comenzó en 1939 como resistencia al fascismo y la dictadura nazi’.

La raíz parte del sentimiento de protesta contra la política de exhibir una mayoría de filmes alemanes e italianos en Venecia, justo en la víspera de la Segunda Guerra Mundial. Frente a esa preferencia, con el propósito de mostrar películas sin represiones políticas y sin tendencias específicas, Phillipe Erlanger, inspector general del Ministerio de Educación y Bellas Artes de Francia, fundó el Festival de Cannes con el respaldo de Jean Zay, Ministro de Educación y Bellas Artes francés de aquel entonces.

Si bien Cannes nació en 1939, el festival inició hasta 1946 con la culminación de la guerra. Uno de sus objetivos primarios fue promover la diplomacia de las naciones participantes a través de conceder a cada país la libertad de elegir las películas que los representarían,así como en la designación de un miembro del jurado.

A poco más de 80 años de su nacimiento, el Festival de Cannes vuelve a tomar una acción de carácter político y cultural con relación a un ataque que considera fascista. En este 2022, el certamen se llevará a cabo del 17 al 28 de mayo.