La televisión ya no tiene el peso que tenía en otras épocas, donde ficciones como Seinfeld, Friends o La Tribu Brady, si es necesario viajar todavía más en el tiempo, dictaminaban la forma en la que se consumía todo lo que salía de la pantalla chica. Producciones episódicas que tenían un arco narrativo general pero que funcionaban como productos cerrados en sí mismos, como The X-Files, por ejemplo, eran los que gobernaban en cada señal.

Eran épocas de temporadas de más de 20 episodios, con historias cortadas para que haya espacio para los avisos publicitarios. Hoy las entregas rara vez superan los 13 capítulos y los montajes son mucho más ágiles, sin ese espacio para comerciales. Estos cambios en la televisión se dieron en tres momentos marcados en las últimas dos décadas. 

Los Soprano, la era cinematográfica de la televisión

En 1999, Los Soprano de David Chase llegó a la pantalla de HBO como una propuesta completamente diferente. No solo presentaba a un protagonista con una dudosa moralidad con el que la audiencia empatizaba (algo que luego se vio, por ejemplo, en ficciones como Mad Men o Breaking Bad), sino que cambió radicalmente la calidad del producto. La era dorada de la televisión nació con esta ficción que se extendió hasta 2007 y propuso historias contadas con una calidad que se acostumbraba a ver en el cine. Las producciones mainstream de la actualidad están obligadas a mantener cierto estándar y esto se lo deben a Tony Soprano y su familia.

Los debates virtuales de Lost

Lo que alguna vez se conoció como charlas de dispenser de agua (water cooler talk), que consistía en llegar a la oficina y, en cada break, acercarse al bidón de agua más cercano para conversar con los colegas del trabajo sobre la serie del momento, se trasladó a internet. Hoy completamente popularizado por las redes (especialmente en Twitter), la práctica de los debates virtuales vivió su nacimiento a mediados del 2000, de la mano de Lost. La masificación de internet y la proliferación de foros, que también fomentaron la piratería de los episodios, hicieron que Lost y sus miles de incógnitas se charlaran entre fans de todo el mundo, a través de una computadora.

Las maratones de Netflix

El último cambio en la forma de consumir series lo marcó Netflix, con sus primeras producciones originales. Primero con House of Cards, en el año 2013 y luego de manera definitiva con Stranger Things a partir del 2016, el estreno de temporadas completas en un solo día obligó a los fans a tener que ver sus series lo más rápido posible. De la mano del punto anterior, con los debates en redes, la maratón de series no solo servía para estar al día en los debates sino también para evitar los famosos spoilers.