Fue una larga espera, pero la cuarta temporada de Virgin River ya está disponible en Netflix. La serie, protagonizada por Alexandra Breckenridge y Martin Henderson regresó a la plataforma con 12 nuevos episodios que darán mucho de qué hablar. En esta ocasión Mel y Jack le hacen frente a nuevos desafíos y personajes que llegan para cambiar sus vidas y las de todos en su pueblo.

Virgin River, esta vez, se enfoca en las consecuencias del accidente de Hope, en cómo Jack y Mel lidian con el embarazo de ella sin saber verdaderamente quién es su padre y, a su vez, con descubrir quién le disparó a Jack. Pero, en medio de eso, llegan nuevos personajes que terminan con la paz del pueblo y, especialmente, de los protagonistas. Sin dudas, se trata de una de las ediciones más eficaces y atrapantes de la serie. 

Una vez más apostando por plasmar a un pueblo tranquilo y colaborativo entre sus residentes, la producción de Virgin River ha encontrado una fórmula que atrae y encanta a sus espectadores. Sin embargo, al mismo tiempo, el hecho de sumarle tanto suspenso y drama a esta historia de amor logra hacer que la ficción sea un éxito. Aún así, en estos nuevos episodios fueron por más y con la mezcla del romance, el drama, la acción y la adrenalina, la tira encontró una fluidez narrativa nunca antes vista. 

Por otro lado, las excelentes actuaciones de Martín Henderson y Alexandra Breckenridge con su innegable química en escena logran hacer que el espectador se sume a la trama de una manera única. Conectar con ellos y con la empatía que generan transforma a Virgin River en algo aún más real que una serie. Los sentimientos y los desafíos que les toca atravesar en esta temporada nunca fueron tan conmovedores en las ediciones anteriores, por lo que su regreso se podría considerar épico. 

Ahora bien, vale mencionar que el resto del elenco también hace un gran trabajo. De hecho, personajes como Annette O’Tole en la piel de Hope o Colin Lawrence personificando a Preacher logran que la historia sea aún más excitante. Esto se debe a que, a lo largo de los 12 episodios se desarrolla, además de la trama general, una subtrama correspondiente a cada miembro de la serie que ayuda más a entender por qué suceden ciertas cosas. 

Eso sí, cabe destacar que más allá de la fluidez narrativa de Virgin River y la emocionalidad que se transmite en cada diálogo, en algunas ocasiones, el ritmo comienza a ser a denso y las ya tan conocidas características de ese pueblo tranquilo pueden llegar a aburrir al espectador. Si bien es entendible que esa sea la esencia de la serie y sea lo que genera el desenlace de la trama, la realidad es que volver a apostar por algo así ha sido, quizás, un fallo de Netflix. 

No obstante, más allá de ese pequeño error, en esta ocasión la ficción encontró algunos tópicos para poder disfrutar y hacer de esta temporada la más atrapante y hasta, en mi opinión, la mejor de las cuatro. Es decir, con estos nuevos episodios, Virgin River ha sabido superar, al menos, mis expectativas y retomó esa excelente manera de poder atrapar a los espectadores. Pues, no conocer algunas verdades hasta el final hace que el suspenso sea aún mejor.