Esta semana se cumplieron 20 años desde el lanzamiento de Mi nombre es Sam, uno de los films más desgarradores que se vieron a comienzos del nuevo milenio. Protagonizada por Sean Penn y Dakota Fanning, la historia se centró en un hombre con poco coeficiente intelectual que se encontraba dentro del espectro autista, que de pronto se convierte en padre de una niña de gran inteligencia, que queda a su cargo luego de que la madre los abandone. A partir de ese momento, se verá por un lado la bella relación entre Sam (Penn) y Lucy (Fanning), y por otro la batalla legal por comprobar si es capaz de criarla correctamente o no.

En una entrevista con The Hollywood Reporter, la directora Jessie Nelson contó lo difícil que fue sacar adelante esta película. Aparentemente, su idea de contratar a Sean Penn como el protagonista de la película no fue bien recibida por el estudio que originalmente iba a estrenar el film, Fox 2000 Pictures, en donde tenían en mente a Tom Cruise o algún otro actor de mayor peso en la industria. Esto, llegó a hacer que la despidieran momentáneamente por no coincidir con sus decisiones, pero luego apareció New Line Cinema que aceptó su decisión de contratar a Penn.

Sin embargo, la directora reconoció que hoy realizaría la película de otra forma. “Hoy no haría la película sin un protagonista que no sea de la comunidad”, aseguró Nelson en alusión a las personas que se encuentran dentro del espectro autista. En este sentido, explicó que 20 años atrás esa película no se hubiera hecho. “No fue como si hubiera tenido la opción: ‘Has la película con un protagonista de la comunidad, o no la hagas’. Fue: ‘La única forma de hacer la película es ésta’”.

Nelson solo pudo contratar actores con capacidades diferentes en papeles secundarios. (IMDb)

Nelson solo pudo contratar actores con capacidades diferentes en papeles secundarios. (IMDb)

Si bien describió el trabajo de Penn como “innegablemente hermoso”, hoy tiene muy en claro que su camino hubiera sido diferente en un contexto como el actual. “En esa época, no me hubieran permitido contratar a una persona con una discapacidad real para interpretar el papel. Tenían miedo de poner el peso de un presupuesto de ese tamaño en los hombros de un actor de esa comunidad”, explicó. Mi nombre es Sam tuvo un presupuesto de 22 millones de dólares y recaudó casi 100 millones, con una nominación al Óscar para Penn.

Los problemas con Dakota Fanning

Mi nombre es Sam tuvo un elenco estelar, con figuras como Penn, Michelle Pfeiffer y Laura Dern. Además, en el reparto estuvo una muy joven Dakota Fanning, que daba sus primeros pasos en la industria. Aparentemente, en el estudio no estaban muy convencidos de llevar a una actriz sin ninguna experiencia para semejante rol, pero Nelson se puso firme en su elección. “Querían una actriz que haya hecho cosas. Una vez que vieron el material diario, estuvieron completamente de acuerdo”, aseguró la directora.