Jim Carrey es un actor que vivió su momento de apogeo en los noventa y comienzos de los ‘00 con películas como La Máscara y Ace Ventura donde además supo protagonizar un film que quedó en la memoria de las audiencias del mundo entero: El Grinch, donde el intérprete le dio vida a ese malvado personaje que tiene un sólo objetivo en su vida. ¿De qué hablamos? ¡Robarse la navidad!
El Grinch tenía por objetivo conquistar las audiencias de los chicos que iban a querer ver esta versión del villano navideño interpretado por Jim Carrey bajo una gran cantidad de maquillaje y prostéticas todos elementos que le llevaban al actor un tiempo en la sala de maquillaje de 8 horas diarias cada jornada de trabajo, algo que en un primer momento le resultó muy difícil al comediante.
El Grinch, Jim Carrey y un secreto que sorprende
Así contó su experiencia en primera persona durante el programa The Graham Norton Show: “El maquillaje llevaba ocho horas y media. Era como ser enterrado vivo. El primer día volví a mi tráiler, atravesé la pared con la pierna y le dije al director Ron Howard que no podía hacer la película”, recordó en la entrevista. Entonces: ¿cómo fue que completaron el rodaje de El Grinch?
Un productor de la cinta llegó a la siguiente conclusión: “Teníamos a un prisionero de su traje, estaba siendo torturado por su maquillaje. ¿Quizá un especialista de la CIA podría enseñar a Jim Carrey a sobrevivir el maquillaje verde del Grinch de la misma forma que enseñaría a espías a sobrevivir un interrogatorio hostil?”. Parece ser una solución bastante drástica pero al mismo tiempo lo suficientemente acertada como para que Jim Carrey finalizara su trabajo en la cinta.
Jim Carrey contó que un operativo de la CIA le enseñó a controlar sus pensamientos, evadir el dolor y la incomodidad. Lo cierto es que el proceso de aprendizaje junto a este experto resultó divertidísimo para el actor que aprendió las técnicas necesarias como para completar el rodaje de El Grinch de manera exitosa. ¡Aclaración! El comediante también destacó que durante las horas en las que lo maquillaban disfrutaba escuchando música de los Bee Gees. ¿Qué tal?