Para la plataforma de streaming, esta semana fue muy importante en términos de lanzamientos. Fue el turno de lanzar el primer spin-off de la Familia Addams en forma de serie, que llegó a Netflix bajo el título de Merlina (Wednesday en su versión original). Con muchos fans a lo largo de la historia y dos producciones bien diferenciadas, primero como una serie en la década del 60 y luego como una tanda de películas en los 90, era de esperar que este show tuviera la lupa encima.

Merlina está compuesta por un total de ocho episodios en su primera temporada (todavía no se sabe si veremos más). El show nos muestra una historia de misterio atravesada por lo sobrenatural, como es de esperar para la Familia Addams. La protagonista es Jenna Ortega en el rol de Merlina durante sus años como estudiante de la Academia Nunca Más en donde buscará aprender a controlar su habilidad psíquica en medio de una serie de asesinatos en la ciudad y un caso sin resolver que involucra a sus padres.

Lo más importante a destacar es que por más que este personaje sea el mismo que Christina Ricci encarnó en los films de la década del 90 dirigidos por Barry Sonnenfeld (y que originalmente hizo Lisa Loring en el 60), hay una diferencia sustancial entre Jenna Ortega y su predecesora. Para Christina Ricci las películas fueron la puerta de entrada al estrellato, apoyadas en una serie de relatos que mezclaban cierta oscuridad con la fantasía adolescente.

En esta oportunidad, el principal problema que parece tener la nueva serie de Netflix es la sombra de Christina Ricci. No solo porque está dando vueltas en el imaginario su vieja interpretación de Merlina sino porque también es una de las protagonistas del show, dándole vida a Marilyn Thornhill. Cada intervención suya, por más mínima que sea, hace que un verdadero seguidor de Los Locos Addams se olvide por completo del resto de la serie.

+Dónde vimos a Jenna Ortega

Para Jenna Ortega, Merlina no es la primera incursión en un universo de terror conocido. Hace algunos meses la vimos como parte de una de las películas de miedo del año, Scream 5, en donde interpretó a Tara Carpenter en este largometraje de la franquicia que se planteó como una “recuela”, es decir, un reboot y secuela al mismo tiempo que tomó algunos elementos de la cinta original para volver a contar una historia. De paso, hizo una crítica muy fuerte al esnobismo en el cine y nos divirtió mucho con sus tradicionales dosis de slasher.