El 7 de enero de 1980 salía al aire por Televisa el último episodio de El Chavo del 8, una comedia que fue ideada para adultos pero disfrutada por todas las edades. Tuvo siete temporadas luego de ser un sketch dentro de otro programa de televisión. Con el tiempo, la creación de Chespirito se convirtió en un fenómeno de masas que conmovió a más de una generación y trascendió los límites de México.

El Chavo del 8 contaba la historia de un chico que no tenía padres y vivía en la vecindad, un lugar lleno de personajes pintorescos como lo son Don Ramón, Quico, la Chilindrina, Doña Florinda, la Bruja del 71 y muchos más que supieron despertar las risas en grandes y chicos al mismo tiempo que generaron conciencia social gracias a la tierna pero dura historia que le tocaba vivir al inocente protagonista.

El Chavo divirtió a más de una generación

El programa tuvo su debut el 20 de junio de 1971 y reemplazó a Los Chiflados en el show Chespirito. Fue tanto su éxito que al inicio de la temporada de 1973, el 26 de febrero, se convirtió en una serie de capítulos unitarios que rápidamente ganó trascendencia en México para luego dar el salto al resto de Latinoamérica y finalmente al mundo con traducciones al italiano, al ruso, al portugués y al japonés. ¿Qué tal?

La falta de un padre y una madre además de la pobreza llevaron al Chavito a vivir dentro de un barril en la vecindad, acompañado por otros personajes que también arrastraban sus tristezas, después de todo, el padre de Quico nunca apareció, Don Ramón era viudo y la Chilindrina también era huérfana. En ese contexto, Chespirito ciertamente era hábil para despertar la risa y la emoción en su audiencia.

Quico y Don Ramón. Foto: IMDb.

Quico y Don Ramón. Foto: IMDb.

El episodio final de El Chavo del 8 muestra a Doña Florina comprándose una lavadora nueva, artefacto que sorprende al Chavito, incluso el Profesor Jirafales intenta enseñarle al chico cómo funciona el electrodoméstico, pero todos conocemos la torpeza del personaje de Roberto Gómez Bolaños que termina poniendo una bolsa entera de jabón en polvo dentro de la máquina originando un verdadero caos y posteriormente mojando a todos con una manguera. ¡El final de un verdadero clásico que aún perdura!