¡Ya está aquí! Luego de su éxito en Estados Unidos, Vampire Academy arribó a Latinoamérica de la mano de Lionsgate +. Esta ficción original se estrenó en la plataforma este 3 de febrero y, sin dudas, es una perfecta combinación entre drama, misterio, acción, pero sobre todo una profunda amistad que lo da todo por mantenerse a flote. 

Vampire Academy es una historia de amistad, romance y peligro. En un mundo de privilegios y glamour, la amistad de Rose y Lizzie, dos mujeres jóvenes trasciende sus diferentes clases sociales, mientras se preparan para completar su educación e ingresar a la sociedad vampírica. Sin embargo ambas deben enfrentarse a las diferencias: Lizzie es una poderosa miembro de la realeza mientras que Rose es una simple guardiana mitad vampiro entrenada para protegerse contra los salvajes. 

Son los Strigoi, más conocidos como los salvajes, los que amenazan con destruir su sociedad. Aunque las luchas internas de la realeza también la ponen en riesgo dejando en claro que no todo lo que brilla es oro. Y es así cómo comienzan los innegables e innumerables giros inesperados que tiene esta serie. Creada por Julie Plec y Marguerite MacIntyre la tira tiene un guion tan fluido que hasta termina sorprendiendo

Plec y MacIntyre ya han experimentado en el mundo de los vampiros, pero con Vampire Academy hacen la diferencia. En diez episodios combinan amistad, romance, política e intensidad. Es un núcleo en el que, si bien el profundo amor está presente, no es el protagonista, sino que en esta ocasión optaron por otro rumbo y eso les funcionó aún mejor. 

Asimismo la realidad es que Plec y MacIntyre tuvieron otro gran acierto: su elenco. Los actores, en especial las intérpretes de Lizzie y Rose, que son Sisi Stringer y Daniela Nieves, han puesto una profundidad inigualable en cada personaje. Ellas, en particular, llevan su vínculo a traspasar la pantalla, mantienen cierto enigma en su relación debido a sus clases sociales, pero al mismo tiempo suelen demostrar que se trata de una amistad verdadera y poderosa

Aunque, por si esto fuera poco, también está el hecho de que André Dae Kim interpretando a Christian Ozera le involucra aún más drama, pero emoción a la historia. Con su trabajo realiza una distinción a lo que el romance se refiere. No obstante siempre sabe mantenerse al costado dejando el protagonismo a estas dos amigas demostrando así, una vez más, que la serie se basa exclusivamente sobre ellas. 

Es decir, el corazón de Vampire Academy nunca se va de eje y eso es un punto a favor para su historia. Asimismo, la puesta en escena que tiene la ficción en lo que respecta a sus locaciones, efectos visuales y caracterización de cada personaje es lo que la hacen aún más entretenida. Por eso, sin dudas, esta tira es la que marca la diferencia sin mostrar la típica historia solitaria de vampiros, sino enfocándose en una amistad y siendo una producción inigualable.