Desde el anuncio de su realización, la serie Merlina comenzó a llamar la atención de la audiencia, ya que se trata de uno de los personajes más destacados de la Familia Addams. Esta nueva versión de la creación de Charles Addams se encuentra disponible desde hoy 23 de noviembre en el servicio de streaming Netflix, con sus ocho episodios. En esta ocasión, Alfred Gough y Miles Millar son los showrunners, pero también contarán con la dirección de Tim Burton. Aquí te contaremos nuestra opinión, repasando tanto lo bueno como lo malo. ¡No habrá ningún spoiler!

La serie es un misterio detectivesco impregnado de elementos sobrenaturales sobre los años de Merlina como estudiante en la Academia Nunca Más. En ella se ven los intentos por dominar su incipiente habilidad psíquica, detener una monstruosa ola de asesinatos que tiene aterrorizada a la ciudad y resolver el misterio paranormal en el que sus padres se vieron envueltos hace 25 años. Y todo eso mientras gestiona sus nuevas relaciones en el establecimiento.

Cada lanzamiento que involucre el universo de los Addams despierta cierta curiosidad, pero en este caso específico parece haber un consenso de gran expectativa al tratarse de la figura favorita de una mayoría. Aquí es donde debemos señalar que, lamentablemente para la producción, hubiese funcionado mejor para un formato de película y no un programa de televisión. Si bien hay un equilibrio entre lo positivo y lo negativo, la idea de pensar esta historia en la pantalla grande da la sensación de que pudo haber sido más gratificante.

El principal problema que encontramos es cuando comienza a tambalear a partir del cuarto episodio, donde la premisa viaja por diferentes géneros establecidos y se ramifican las sub-tramas, al punto de que lo central que está ocurriendo detrás pase casi desapercibido o ya apague el interés generado al principio. Por supuesto que cada personaje debe tener su momento, pero al tener sólo 8 capítulos el planteo se convierte en una extensión sin sentido y el eje se pierde fácilmente.

En este sentido, la historia se encarga de llevar al espectador por un camino en el que acompañará a la protagonista como una joven detective para resolver un caso, pero toman los atajos más simples y, por momento aburridos, para llegar a una conclusión de lo más previsible. Esta situación la solemos encontrar cada vez más en diferentes plataformas, donde tenemos historias más que prometedoras, pero con el formato incorrecto pasarán sin pena ni gloria.

En cuanto a lo mejor que encontramos, no quedan dudas de que Jenna Ortega como Merlina es lo primero que surge. La actriz de 20 años de edad ha tenido un cambio interesante en su trayectoria en el último tiempo, donde optó por roles más oscuros y relacionados al terror. Por su parte, Gwendoline Christie también aporta su cuota actoral, así como también la mirada de un personaje que puede resultar indescifrable. El resto del reparto se mantiene en la misma sintonía, por lo que allí no habrá fracturas.

La comedia es otro de los puntos fuertes de estos episodios, ya que cada gag o comentario hecho por el personaje principal no desentona en un guión que mezcla el misterio y lo fantástico. La mirada actual también es una cuestión que aquí nos ha parecido bien utilizada, más allá de algunos momentos de trazo grueso que son una batalla perdida al día de hoy entre otros proyectos de cine y televisión.

Merlina es una serie con una presentación interesante desde su inicio, pero con el paso de los capítulos no deja de trastabillar con sí misma y el resultado es una trama estirada que, volvemos a afirmar, pudo haber funcionado mucho mejor en el cine. Si bien es cierto que es un programa que sirve para pasar el rato y no pensar demasiado, aporta a una era actual en la que justamente no hay una exigencia hacia el público y simplemente se queda en el lugar de ser una más en la actualidad.