Hollywood está completamente en crisis. Desde este jueves, actores y actrices de SAG-AFTRA decidieron ir a huelga tras no acordar con los estudios su nuevo convenio laboral. La falta de acuerdo ha llevado a una paralización en la producción cinematográfica y televisiva, generando incertidumbre en la industria del entretenimiento.

La última vez que tanto los sindicatos de actores como de escritores fueron a huelga fue en 1960, cuando el futuro presidente Ronald Reagan lideró el SAG (Screen Actors Guild). Este precedente histórico muestra la gravedad de la situación actual en Hollywood y la importancia de resolver los conflictos laborales de manera efectiva.

En esa huelga de 1960, que se basó en los pagos de regalías por los derechos cinematográficos que se mostraban en televisión, los actores estuvieron en huelga durante un poco más de un mes, desde el 7 de marzo hasta el 18 de abril. Por su parte, los guionistas se mantuvieron en huelga por más de 150 días, evidenciando la complejidad y duración de estos conflictos laborales en la industria del entretenimiento.

Fran Drescher preside el gremio. (IMDb)

Fran Drescher preside el gremio. (IMDb)

Habrá que ver si con la fusión de ambos gremios, el asunto llega a buen puerto mucho más rápido. Vale destacar que se esperaba que los directores también fueran a huelga, pero la DGA (Directors Guild of America, Sindicato de Directores de América) logró llegar a un acuerdo en menos de una semana para su nuevo convenio. Esto plantea interrogantes sobre la posibilidad de una resolución más rápida en el caso de los actores y escritores.

+El estado actual de la industria

Guionistas y Actores unidos en huelga. (IMDb)

Guionistas y Actores unidos en huelga. (IMDb)

Se estima que la huelga de la WGA (Writers Guild of America, Sindicato de Escritores de América) en el pasado cerró aproximadamente el 80% de las producciones de Hollywood, según informes del New York Times. Ahora, con el parate total de la industria debido a la huelga de los actores de SAG-AFTRA, el acuerdo parece distante e imposible, lo que genera preocupación sobre el impacto a largo plazo en la industria del entretenimiento.