Desde hace 97 días, la industria del entretenimiento se encuentra inmersa en una huelga que ha detenido la producción de numerosos proyectos. Los actores de SAG-AFTRA luchan por un contrato que no solo refleje las demandas de una era dominada por el streaming, sino que también regule el uso de la inteligencia artificial en la actuación. Esta batalla guarda similitud con la que libraron los guionistas de la WGA en el pasado, quienes lograron un acuerdo favorable con los estudios.
Las exigencias de los actores no solo buscan una compensación justa en la era digital, sino también salvaguardar la integridad y autenticidad de la actuación en un contexto tecnológico en constante evolución. Es un enfrentamiento que marca un punto de inflexión en la industria del entretenimiento y que promete redefinir los términos de participación para los artistas en este nuevo panorama mediático.
En este contexto, u grupo encabezado por George Clooney, Emma Stone, Ben Affleck y Scarlett Johansson ha presentado una propuesta a SAG-AFTRA para contribuir con aproximadamente 150 millones de dólares al gremio durante tres años. Este aporte tiene como objetivo brindar seguro médico y una ayuda mensual a los miembros que más lo necesitan. Para financiarlo, se plantea una modificación en los contratos gremiales, donde los actores y actrices de mayor ingreso aumentarían su cuota al gremio.
Esta iniciativa busca suavizar las negociaciones, abordando puntos sensibles en la huelga que ya ha superado los 97 días. Uno de los cambios propuestos es la manera en que se distribuyen las regalías de las películas o series, priorizando el pago a los extras y roles secundarios antes que a las estrellas. Actualmente, el sistema es al revés, beneficiando primero a los actores de renombre.
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La propuesta ha sido rechazada por el comité negociador de SAG-AFTRA, que mantiene sus demandas establecidas durante las semanas de negociaciones. Uno de los principales puntos de desacuerdo radica en el aumento de cuotas para los actores de alto ingreso. Según estimaciones de Clooney, esta medida generaría alrededor de 50 millones de dólares al año.
Es importante destacar que la huelga de SAG-AFTRA no se centra en las cuotas, sino en aumentar los ingresos de los actores. En este contexto, un incremento en las cuotas no compensaría los pagos adeudados por los estudios a los actores o a los fondos de pensión y salud. Las cuotas tampoco están sujetas a negociación entre el sindicato y la Alianza de Productores de Cine y Televisión.
Además, la unión no enfrenta una disminución en sus ingresos por cuotas, ya que reportó 127 millones de dólares el año fiscal anterior, un incremento significativo respecto al año previo. A pesar del gesto altruista de las estrellas, queda claro que estas propuestas no abordan los problemas fundamentales que mantienen la huelga en curso. Los puntos clave siguen siendo la participación de los actores en los ingresos por streaming, el aumento de mínimos para mantenerse al ritmo de la inflación y regulaciones sobre inteligencia artificial.
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