Enamorarse es fácil. Amar, no. Eso nos ha quedado claro y reflejado en un sinfín de películas, desde melodramas hasta comedias, incluso en filmes de terror. Pero los cuestionamientos sobre el corazón cobraron y cobran otra dimensión después de lo vivido en la pandemia. En ese sentido, Enfermo amor llega a Vix+ en un momento particular de la reinvención afectiva en los planos de pareja y a nivel individual. ¿Qué aprendimos a partir del confinamiento?

 

Con nueve historias que van desde la fase del enamoramiento al desamor, los directores Rodrigo Nava y Marco Polo Constandse trasladaron su obra de teatro al cine motivados por la reflexión de que la honestidad puso a prueba las relaciones de pareja. Fue en la pantalla de una plataforma de streaming donde encontraron una puerta para explorar esa inquietud.

En entrevista con Spoiler, el director Rodrigo Nava y la actriz Estefanía Hinojosa hablan sobre la película, las bondades de enamorarse y la complejidad de amar en pospandemia. 

Entrevista con Rodrigo Nava y Estefanía Hinojosa sobre Enfermo amor

Estefanía, tu personaje de Ana en la película se ubica en el contexto del enamoramiento, que no del amor. ¿El enamoramiento enferma o es una cura en las artes de amar?

El enamoramiento es una embriaguez. Nos embriaga tanto que ni siquiera nos damos cuenta de las locuras que hacemos. Creo que es importante pasar por esa etapa para construir lo que está del otro lado, la realidad de lo que es el amor. Hay que llegar preparados a ese periodo en que empiezan los desacuerdos. Allí es cuando empieza a verse qué tan dispuestos estamos o no a trascender lo que sentimos. 

A tu personaje le va bien porque le toca experimentar la atracción por otra persona como si fuera la primera vez. Bueno, algo que sucede todos los días con alguien que nos gusta, ¿no?

Fue muy divertido para mí participar en esa historia. Que la referencia del enamoramiento haya sido el supermercado, me encanta. Mirar al otro y enamorarte en un lugar así es algo que sí sucede. Sentirte atraída por alguien, o que alguien sienta atracción por ti, es hermoso. Pero a veces los humanos le tenemos miedo a esa onda que se siente con el enamoramiento por la incertidumbre de que pueda funcionar o te rechacen. Dura un segundo el tiempo en que te lanzas con todo a ver qué pasa o de plano no lo intentas. 

¿Cómo es la experiencia de participar en una película coral? 

Es interesante por todos los universos que se van creando a partir de un tema como lo es el amor. De igual forma es extraño porque únicamente compartí set con Gonzalo Vega Jr. y mis directores. Lo divertido está en sentarte a ver el resultado final y mirar las historias restantes como cualquier otro espectador. 

Rodrigo, a diferencia de la historia que protagonizó Estefanía, en las demás no todos sus personajes salen bien librados. Pero así es el amor.

El amor es cura y enfermedad. Una no se libra de la otra. A diferencia del enamoramiento, el amor va más allá, implica decisiones. Entre esas decisiones está el construir algo, un proceso que viene con golpes duros. Lo que vemos en la película es que existen parejas que sufren de esos golpes, pero que intentan solucionarlos juntos. 

Al final, Enfermo amor es una oda a la comunicación honesta. Luego hay parejas que sí están comunicadas pero no hay honestidad con tal de evitarse problemas o estar en desacuerdos. En una opinión personal, creo que las relaciones también están hechas de confrontaciones, no de peleas, sino confrontaciones. Confrontarse a tiempo permite ir resolviendo broncas en beneficio de continuar con la construcción de una relación. 

El momento en que llega la película es interesante porque se estrena después de la pandemia, un periodo que confrontó la vida en pareja. ¿Qué fibras sensibles tocó la pandemia en ti como director para hacer Enfermo amor?

La pandemia nos puso en un lugar importante a la gente que vivimos en pareja, o a la gente que recién se conoció cuando iniciamos con la etapa del confinamiento. Me parece que, dentro de lo positivo, nos trajo esa dosis de honestidad que quizás no tomábamos en cuenta. Convivir tanto tiempo juntos en un mismo espacio, incluso en espacios pequeños, nos hizo quitarnos las máscaras y ser las personas que éramos y somos. Por eso, desde mi óptica, la película es un llamado a quitarnos esas máscaras, a hablar las cosas como son, sin tapujos.

Ojo, es cierto que en ocasiones al hablar las cosas como son, no siempre hay finales felices. Durante el enamoramiento hay concesiones, no pasa nada si no se dice nada. Pero cuando se ama es distinto, ocultar trae consecuencias. Hemos tenido la idea de que no hablar es mejor para no asustar a la otra persona, sin embargo terminamos lastimándonos y lastimando por no hacerlo. Si desde un principio somos honestos, el panorama será más alentador. De lo contrario, la deshonestidad nos pasará factura y hay golpes que duelen más que otros.

¿Por qué decidieron Marco Polo Constandse y tú trasladar la obra de Enfermo amor al cine bajo una codirección?

Porque los conflictos ahí estaban. El cine te permite abordar estos conflictos, desarrollarlos y tratar de resolverlos. Marco Polo y yo tenemos perfiles muy distintos, pensamientos diferentes, pero coincidimos en que los conflictos de nuestras historias eran perfectos para contarlos. También quisimos hacerlo porque la película puede estar al alcance de muchas personas mediante una plataforma de streaming, no así la obra, que solamente se presenta en CDMX y puede resultar una experiencia más costosa para el público.

¿Qué historia te representa más como director? ¿Cuál te cala más?

Principalmente la historia protagonizada por Jesús Zavala y Paco Rueda porque me llega el tema de salir del clóset. Salir de él puede incomodar a muchas personas pese a que signifique una felicidad para ti. Es difícil porque a veces te vas blindando para no sentir y, sea cual sea tu preferencia sexual, puedes concebir al amor como algo complicado y que puede dañar. 

Aunque debo decir que la historia final, protagonizada por Maya Zapata y Juan Pablo Medina, es fuerte. Te pone sobre la mesa este cuestionamiento: ¿Por qué no le llamamos destino cuando dos personas se enamoran y no jala? Creo que todos en el fondo tenemos miedo a la soledad y una sobrevaloración al tema de estar en pareja. Me parece que cada una de las etapas tiene su momento y su encanto. Considero que hay que relajarnos y abrazar la soledad cuando se nos presente en la vida. Puede ser por lapsos largos o lapsos cortos. También hay que entender el amor propio. Estar solo es también una confrontación a la que muchos huyen.