Quién puede dudar que hoy en día Keanu Reeves no solo es uno de los actores más queridos sino que también logró convertirse en una figura del género de acción. Como antes que él estuvieron otros como Arnold Schwarzenegger o Sylvester Stallone, que hoy por una cuestión de edad, deben pasar la antorcha, a Keanu le hicieron un espacio en este selecto grupo. Sin embargo, le llevó un tiempo ser parte y hubo dos producciones icónicas que casi lo rechazan.

En la década del 90, cuando Keanu Reeves estaba asociado a producciones más independientes como Bill & Ted o My Own Private Idaho, ya soñaba con ser un héroe de acción. Sin embargo, esas películas se volvieron una suerte de lastre para él que tuvo que luchar contra viento y marea para que le dieran una oportunidad. Gracias a esto, aparecieron producciones como Matrix y John Wick, sagas en las que es imposible imaginarse a otro actor. Pero, ¿cuáles fueron los largometrajes que casi lo dejan de lado?

Keanu Reeves surfer

En 1991, después de un intento fallido con Ridley Scott como director, Point Break logró llegar a la pantalla grande. La responsable de presentarla fue Kathryn Bigelow, que en ese momento estaba casada con James Cameron, que ayudó a pulir el guion de esta producción. El rol del joven policía que termina convertido en amigo de unos criminales que utilizaban máscaras de presidentes para robar iba a ser, originalmente, para Charlie Sheen, hasta que Scott dejó la producción.

Keanu Reeves entró en escena gracias a Bigelow, que fue la que luchó para que lo pusieran como personaje principal. “Nadie quería a Keanu, no era una estrella todavía. Había hecho Bill & Ted y películas independientes. Nadie lo quería y Kathryn sola peleó por Keanu Reeves. Le debe un montón porque lo hizo una estrella de acción”, contó Peter Ilif, guionista de la historia. Además, destacó: “Me acuerdo que quería subir de peso porque nunca había hecho un papel en el que tuviera que estar musculoso”.

Keanu Reeves: un héroe de acción con todas las letras

Tres años después de lo hecho en Punto Límite, a Keanu Reeves le iba a llegar su segundo gran papel: el de Jack Traven en Máxima Velocidad. Aunque, una vez más, tuvo que pelear para que le dieran la chance de encabezar un proyecto en el que Sandra Bullock ya se había ganado el lugar gracias a lo hecho en ficciones como Demolition Man. Para Reeves, el recorrido fue un poco más complejo.

Graham Yost, guionista de la película de Jan de Bont contó que en ese momento no creían que Keanu Reeves “fuera lo suficientemente rudo” para protagonizar Máxima Velocidad, por lo que el director, dos productores y él se reunieron con el actor. “Ya tenía el corte cool de cabello, andaba en moto, y tenía una calma que nos hizo pensar: 'Es cool, es una forma cool de ser'. No va a ser un protagonista macho, va a ser un protagonista cool'. Nos miramos y dijimos que podíamos hacerlo con él", explicó Yost.