Desde este jueves, las salas de Latinoamérica podrán disfrutar de una de las últimas películas que faltaba que llegue a la pantalla grande: Ellas hablan. Protagonizada por figuras como Claire Foy, Rooney Mara, Jessie Buckley y con la participación de Frances McDormand, fue escrita y dirigida por Sarah Polley.
En Ellas hablan todo comienza con un grito de alto de las mujeres de una comunidad menonita. Por años, han sido víctimas de violaciones constantes en la colonia, que los ancianos y hombres del lugar se encargaron de disfrazar como actos de fantasmas y demonios. Cuando el punto de ebullición se alcanza, algunas referentes se reúnen en un establo para decidir qué medidas tomar.
El póster del film. (IMDb)
Ambientada en 2010, el diseño de producción que cruza dos universos, el moderno y el detenido en el tiempo para la comunidad menotita, son un punto altísimo para que rápidamente nos sumerjamos en este crudo relato. Ellas hablan es una exposición sobre feminismo con sus conceptos y sus contradicciones. Polley no tiene miedo en mostrar los pros y contras del movimiento, que tienen su paralelismo en varias listas que hacen las mujeres de la comunidad antes de definir qué medidas tomar.
Claire Foy. (IMDb)
El contrapunto entre Rooney Mara y Jessie Buckley es el más alto en este intercambio constante de ideas, donde Ben Wishaw es el único hombre presente al que se reduce al rol de escuchar y anotar. Porque reprimidas en todo sentido, las mujeres no tienen siquiera la posibilidad de leer y escribir en esta comunidad, y tienen que recurrir a la solidaridad de uno de los pocos hombres justos que conviven con ellas.
La música termina de darle el toque a una pieza teatral, que como en The Whale transcurre ampliamente en una sola habitación y cada tanto se traslada a otros espacios con algún flashback. Adaptada de la novela escrita por Miriam Toews, es una seria candidata para el próximo 12 de marzo.
+El Oscar que podría ganar Ellas hablan
Nominada a Mejor Película y Mejor Guion Adaptado, Ellas hablan la tiene bastante complicada en términos de pelea por el premio principal (que hoy en día parece destinado a Todo en todas partes al mismo tiempo). Sin embargo, esto no debería desalentar a sus realizadores ya que en los tiempos que corren y con una Academia todavía reconstruyéndose después del Me Too, la estatuilla por su filoso libreto podría ser un hecho.