Al hablar de violencia en Sinaloa, el pensamiento de inmediato contextualiza causas y consecuencias con relación al narcotráfico. Entre las violencias abordadas, los feminicidios y las violaciones. Sin embargo, tales condiciones violentas y criminales, están arraigadas desde mucho antes que la entidad fuera estigmatizada por balaceras, tráfico de drogas y residencias ostentosas de capos.
Tamara Yazbek se fijó en esas violencias que se han perpetuado a partir de décadas anteriores y no tienen vínculo con el crimen organizado. Centró su atención en el machismo del que fue víctima Refugio, protagonista del documental que lleva ese mismo nombre. Abuso sexual, decisiones sobre su vida y daños psicológicos fueron realidades que soportó.
“Entras a Culiacán con la idea de que todo el entorno violento está relacionado con el narcotráfico. Pero no es así. En esta zona del norte de México, así como en otras tantas, hay un machismo arraigado desde varias generaciones atrás y se conservan en algunas regiones. Tristemente no ha cambiado, ahí sigue. Se ha normalizado como parte de una estructura sociocultural”, comenta Tamara.
Ir al baile del pueblo dejó de ser una diversión para Refugio. Rechazar la invitación de una pieza musical a un hombre era motivo de amenazas a punta de pistola contra su persona. Era concebida como una propiedad a merced de quien depositara su mirada en ella; los hombres eligen quién le gusta, por lo que la mujer tiene que ceder a la voluntad de aquel que se considera dueño de su voluntad. Haber conocido eso que le dijeron que era “amor” tampoco fue grato: su pareja poseía su cuerpo sin consentimiento. No complacer a “su hombre” era incluso motivo de condena y desprecio por parte de la familia, un núcleo que además le impuso estudiar enfermería pese a la repulsión que tenía por esa carrera.
En su búsqueda del amor, Refugio tuvo una pareja suicida que optó por ese desenlace para castigarla y hacerla sentir culpable. Ese suceso la mantuvo enojada porque considera injusto que un problema ajeno hayan querido adjudicárselo para atormentarla.
A diferencia de otras mujeres que han sufrido ese tipo de violencias, Refugio las describe como si fueran anécdotas curiosas. El llanto no va con su personalidad. Se enfocó en protegerse con el humor para aligerar los traumas con el propósito de reinventarse. Ese rasgo sorprendió a Tamara: “Me pareció interesante escuchar cómo normalizamos la violencia a través del lenguaje, pero ella lo hizo al extremo del humor. Eso me intrigó mucho, al grado de seguirla para que me permitiera hacer el documental. Fue revelador descubrir a una mujer como ella y la forma en que ha procesado la violencia de la que fue víctima”.
Luego de haber competido en el Festival Internacional de Cine de Morelia en 2020, el documental Refugio llega a FilminLatino para ser visto de forma gratuita. Es un trabajo más que se suma a una enorme lista de contenidos confeccionados y elaborados por mujeres en la industria cinematográfica nacional. Se trata de otra obra audiovisual que se integra a la reflexión sobre las historias que están contando directoras, guionistas, fotógrafas, actrices y productoras en México.
“Es una responsabilidad muy grande. Dentro del documental he encontrado mi activismo y un diálogo propio con mi feminismo. Creo que necesitamos reconocer la resiliencia femenina. Las mujeres de este país han sufrido y han sobrevivido a la violencia por largo tiempo, pero no han tenido opciones de contar lo que les ha pasado. En ese sentido, el cine es un espacio para hacerlo y quienes podemos llevarlo a cabo debemos tener sensibilidad para contar esas historias. En mi opinión, Tempestad, de Tatiana Huezo, es un trabajo que ejemplifica la sensibilidad de emplear las imágenes para narrar y generar conexiones emocionales con otras mujeres para entender su dolor”, platica Tamara acerca de su posición como mujer en la práctica cinematográfica.
Convencida de que la sensibilidad es herramienta fundamental para contar historias, la directora ve en la empatía y la aproximación convíctimas como eslabones que ayudarán a comprender todavía más a las mujeres violentadas en México.