Hay estrellas que no necesitan presentación. John Travolta, uno de los íconos del cine, es uno de los ejemplos más claros. Actor, cantante, bailarín… todas las profesiones parecen definir perfectamente al artista que hoy celebra 68 años. Pero así como su carrera se vio repleta de éxitos y premiaciones a lo grande, también sufrió una serie de tragedias que lo llevaron del ascenso a la caída rápidamente.
Un día como hoy de 1954, en plena Guerra Fría, Salvatore y Helen Travolta recibían a su sexto hijo. Para ese entonces, desconocían que se convertiría en una de las celebridades más reconocidas de los últimos años, aunque siempre demostró un marcado interés por el arte. Conforme fue creciendo, los papeles más relevantes llegaron a su carrera para establecerlo como uno de los galanes de su generación.
Protagonizó la película de terror Carrie en 1976 y un año más tarde se consagró en la piel del personaje principal de Fiebre de sábado por la noche, para luego conseguir su rol en la versión cinematográfica de Grease. Todo en su carrera parecía ser sinónimo de triunfo, pero no sucedía lo mismo en su vida personal. Es que justo cuando se encontraba en pleno rodaje, a su novia Diana Hyland le diagnosticaron cáncer y –lamentablemente- falleció para marzo de 1977.
John Travolta junto a Diana Hyland (Getty).
Una importante contradicción aparecía en la vida de John Travolta, quien para ese momento ignoraba que la acompañaría durante toda su vida. Y es que bastó que pasara tan solo un año para que el destino volviera a golpearlo: en 1978, su madre falleció también de cáncer de mamá. Dos diagnósticos terribles e irreversibles se convirtieron en su peor karma, afectando tanto su intimidad como su trabajo en el set que continuó a pesar de la adversidad.
La llegada de la década de los 80 significó una sombra en su carrera: el éxito y la gloria formaban parte del pasado y sus proyectos no despegaban de la forma en la que estaba acostumbrado. Pero en 1988, las cosas comenzaron a marchar mejor. Mientras filmaba Los Expertos, conoció a Kelly Preston, la actriz australiana que le robó el corazón y con quien se casó y tuvo a sus hijos Jett (1992), Ella Bleu (2000) y Benjamin (2010).
John Travolta, Kelly Preston y sus hijos (Getty).
Y una vez más, la historia se repetía: mientras triunfaba con sucesos al mejor estilo Pulp Fiction, Face/Off o Hairspray, la tragedia volvió a golpear su puerta. Es que con solo 16 años, su hijo mayor falleció en plena Navidad tras un ataque de epilepsia que le provocó una caída mortal en la bañera. Rumores de homosexualidad, denuncias de abusos e inconvenientes legales siguieron llenando su historia.
Como si fuera poco, en 2020, el cáncer volvió a convertirse en protagonista de su vida: por tercera vez, se llevaría a una de las mujeres más amadas. Su esposa Kelly falleció a sus 57 años tras una dura batalla. “Era una persona bella, brillante y llena de amor que se implicaba a fondo con los demás y que llenaba de vida todo lo que tocaba”, aseguró Travolta a la revista People. La pérdida de su madre, su primera novia, su hijo y su esposa con la que compartió 29 años, lo llevó a anunciar que se tomaría un tiempo de la actuación para dedicarse a sus hijos.
John Travolta junto a Bruce Willis (Getty).
Hoy todo su dolor parece transformarse en una nueva mirada sobre la vida. Decidió transformarla en arte y muy pronto regresará a trabajar junto a su amigo Bruce Willis en una película de acción que los tendrá como dupla protagónica. Mientras los altibajos de su carrera y sus terribles duelos acompañan su camino, John Travolta celebra sus 68 años y deja en claro que aún queda mucho por ver de él en la pantalla grande.