En la historia del periodismo mexicano, Jacobo Zabludovsky es uno de sus exponentes más criticados y denostados. El motivo del desprestigio hacia su trabajo radica por haber sido durante tres décadas la voz oficialista del priísmo a través del presidencialismo vivido en el país con mandatarios surgidos del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Por casi 30 años fue la imagen de Televisa a nivel informativo en horario estelar, consolidándose así como un referente periodístico para gran parte de la población. Entre otras circunstancias, su trascendencia hacia la sociedad como comunicador también se debió a que de 1970 a 1993 prácticamente no tuvo competencia a cuadro debido al monopolio televisivo de la empresa propiedad de Emilio Azcárraga Milmo.
Señalado por guardar silencio ante dos sucesos de relevancia histórica para México, como la Guerra sucia y el Halconazo, Zabludovsky cargó con el estigma de ser un periodista parcial con el poder. Ese perfil fue resaltado por la banda Molotov en la canción Que no te haga bobo Jacobo, de su álbum ¿Dónde jugarán las niñas?, lanzado en 1997.
Convertida en un éxito, la rola fue un prólogo fortuito de la mofa que acompañó a Zabludovsky años después con la aparición de YouTube, sitio web de materiales audiovisuales donde se dio a conocer el video de la famosa entrevista que hizo el periodista a Salvador Dalí.
Fue famosa porque el pintor vaciló al comunicador aprovechándose de su desconcierto por no saber abordar a un personaje como él. El video de dicha entrevista continúa reproduciéndose hasta la fecha como si se tratara de un espectáculo para soltar la carcajada; el célebre pintor hace lo que quiere sin tener consideración alguna por su entrevistador.
Desde su renuncia a Televisa en el 2000 hasta su fallecimiento en 2015, el juicio hacia su perfil periodístico persistió. Su imagen icónica, que durante tres décadas fue asociada a un tono de referencia mediática, envejeció mal con la modernidad, donde la aparición de nuevas tecnologías contribuyeron a incrementar las opiniones desfavorables a su labor.
Y, por si fuera poco, se le canta y se le recuerda a nivel masivo cada vez que Molotov toca Que no te haga bobo Jacobo en sus conciertos. Jóvenes que incluso desconocen quién fue, vibran al corear los versos de un desprestigio que acompañó la carrera de Zabludovsky. ¿Algún día se le perdonará? Eso solamente el tiempo, su peor verdugo, lo decidirá.