En La Caída de la Casa Usher, dos ambiciosos hermanos sedientos de fama y fortuna erigen una dinastía familiar que empieza a desmoronarse cuando sus herederos mueren uno tras otro de forma misteriosa.
Si Mike Flanagan se quería despedir en lo alto de su alianza con Netflix, lo logró absolutamente. Hay que dejar ese veredicto claro desde ya. Sumergirse en el universo de Edgar Allan Poe suponía un desafío considerable, sobre todo si se pensaba en contar una historia originalmente concebida en 1839, pero muy libremente aplicada a la realidad actual. Las licencias que se tomó el hombre son sólo para potenciar el material original.
El director logra una narración oscura, cruda, sin vergüenza a nada, tan dramática como terrorífica. La descripción más exacta sería el desmoronamiento catastrófico de un imperio económico por la perversidad que habita en sus responsables.
¿Cuál es el tema principal de La Caída de la Casa Usher?
Esta es la disección más acuciosa del capitalismo salvaje y evidencia mayor del categórico desprecio que tienen las corporaciones por la humanidad. Dado un momento, el regente de la Casa Usher arroja a la cara un discurso sobre “el uso de limones”, sentando las bases sobre cómo opera su negocio y quienes lo rodean. Es la descripción más acabada de la ideología bajo la que actúa la lógica empresarial y que finalmente es brutalmente castigada en pantalla, como no pasa en la vida real.
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Reseña de Juego Limpio
Toda la familia examinada acá está marcada por eventos traumáticos. Así se perfilaron como figuras con una psicología completamente deformada. Cada uno a su propio modo, desarrollando comportamientos con los que buscan compensar sus carencias tanto emocionales como intelectuales. Ahora, deben pagar sus pecados y de las maneras más horribles posibles. El fanático del horror encontrará aquí un delicioso material, lleno de imágenes perturbadoras y mortificaciones contundentes. Todo regado con la demencia de la inmoralidad y la justicia cósmica, para ser testigo de la decadencia de la elite.
Pero nada de eso se lograría si no fuese por el gigantesco elenco que Flanagan reúne para la ocasión. Más allá de su propia esposa (Kate Siegel), echó mano a viejos conocidos de sus producciones previas para pulirlos y llevarlos a entregar unas actuaciones soberbias. Todos hacen que la historia se vuelva aún más dramática y compleja. Las miradas seguras y confiadas son reemplazadas por la desesperación y la desolación.
La Caída de la Casa Usher tiene 8 episodios disponibles en Netflix.
Pero sin duda los que más se lucen son Carla Gugino y Bruce Greenwood, quienes en su momento coincidieron en Gerald’s Game, la adaptación que hizo Flanagan del libro de Stephen King. Ellos se llevan gran parte del peso de la historia. La primera interpretando a múltiples personajes, y el segundo como narrador participante. Los cambios de sus estados de ánimo y las alteraciones de sus formas en pantalla son realmente impresionantes.
Mención especial para Mark Hamill como Arthur Pym, el siniestro abogado “al que llamas si matas accidentalmente a una prostituta y necesitas eliminar su cuerpo”. Y eso es aburrido para él. Actuación gloriosa.
Carla Gugino se roba las miradas en La Caída de la Casa Usher.
¿Qué significa La Caída de la Casa Usher?
The Fall of the House of Usher es adictiva, sus 8 capítulos se consumen como pecando de gula y en el anhelo de conocer las desgracias de sus personajes, te hace cómplice de su depravación. Obliga a que el espectador se sienta sucio por la inmoralidad que está presenciando, por reconocerse en el detalle más mínimo. Es el tras bambalinas paranormal de una serie como Succession, o la prima paria y bastarda de otras como Dopesick o incluso de Medicina Letal. Un placentero vicio concebido por Mike Flanagan.