Sevgi es una abogada exitosa de treintitantos que está atravesando el peor momento de su vida tras haber sido diagnosticada de cáncer. Los tratamientos parecen no hacer efecto, entonces, un día como cualquier otro decide indagar en una metodología alternativa para entender el origen o más bien la causa de lo que le sucede. Desde ese momento, su vida y la de sus dos amigas Ada y Leyla cambia rotundamente. Así comienza Mi otra yo, la nueva serie turca de Netflix, que no deja de ser una de las más vistas de la plataforma.
No es para nada casual que el show haya cautivado a espectadores de diversos países, entre ellos muchos de Latinoamérica y España. Es que no solo nos brinda una posibilidad única de conocer la isla de Cunda, donde se encuentra el pueblo Ayvalik, un hermoso rincón ubicado a unos 400 Km de Estambul y que cuenta con unas playas realmente increíbles, también la temática que ha elegido contar su creadoraNuran Evren Sit resulta especialmente original para el mundo de las series. Se trata de las constelaciones familiares, una terapia alternativa que tuvo su auge en la década del 90.
Mi otra yo está disponible en Netflix (Foto: Netflix)
Si bien hay que decir que en ningún momento los personajes hacen mención al nombre de la práctica que realizan, el vínculo que tiene la vida presente de las protagonistas con su pasado familiar confirma que es una suerte derepresentación de esta terapia.
Estas tres amigas llevan una vida normal aunque casi inconscientemente ciertos patrones se van repitiendo a lo largo de su camino. Leyla tiene un miedo inexplicable al agua, Ada es una doctora exitosaa quien le cuesta confiar en el amor ya que ha sido traicionada en el pasado y Sevgi posee una relación muy apegada a su madre y una historia trágica vinculada asu padre.
Tiene una temporada de 8 episodios (Foto: Netflix)
Al asistir a las terapias de Zaman, poco a poco (y en el caso de Ada con escepticismo al principio) van saliendo a luz secretos de sus antepasados que llevaban como carga sin darse cuenta. El objetivo de las constelaciones familiares, en este sentido, parece ser ese: liberarse de lo que pudo haber ocurrido en el pasado.
Pero para entender más en detalle sobre esta práctica y sus efectos hablamos en exclusiva conSusana Sciarresi, directora delCentro Latinoamericano de Constelaciones Familiares, quien nos habló delfuncionamiento y el origen de las constelaciones familiares.
Qué son las constelaciones familiares
De acuerdo a la definición de la profesional, las constelaciones familiares pueden ayudar a las personas a “descubrir cómo están relacionados de forma inconsciente con acontecimientos del pasado familiar” y que de manera casi natural impactan la vida de ese individuo.
“El trabajo tiene el propósitodereconocer y sanar las relaciones en todos los ámbitosdelavida y encontrarlafuerza para desarrollar todo nuestro potencial. Este trabajo fue desarrollado por Bert Hellinger, un filósofo alemán hace alrededorde40 años”, señala Sciarresi.
Cómo se practican las constelaciones familiares
En la serie, Zaman invita a las personas a sentarse en un espacio al aire libre en círculo. Durante la sesión, el participanteque empezará a hacer la constelación debe elegir -guiado por él- a alguien de los presentes que lo represente y, desde ese momento, se vislumbraráaquello que molesta o que incomoda en su vida para luego ir desasnando el por qué. ¿Es así realmente una sesión de constelación familiar?
“Se trabaja en talleresdemanera grupal con personas como representantes o en forma individual con elementos, a cargodeun facilitador que se ha formado en este enfoque. El facilitador hace una entrevista al consultante y su asunto. Luego se eligen representantesdelos miembrosdelafamiliaen cuestión que serán ubicados en el espacio y se observan los movimientos que van surgiendo.Laduración depende del caso y puede tardar entre 15 minutos y una hora o más. Muchas veces el asunto se aclara enlaentrevista, porque se tratadesucesos invisibles o emociones reprimidas en el consultante o en su sistemafamiliar”, sostiene.
La serie transcurre en Turquía (Foto: Netflix)
Y agrega: “El taller propone una experiencia enlacual todos los participantes pueden aprovechar, sea que concreten su propio trabajo personal mediante unaConstelaciónFamiliar, sea a travésdelos ejercicios o bien siendo invitado a participar enlaConstelacióndeotra persona, como representante. Teniendo en este casolaoportunidaddeestar en un lugar que nunca ha estado, sentir algo que no había sentido, o tomar en cuenta algo similar a lo que le pasa personalmente, siendo esto muy fructífero para ampliarlapropia comprensión”.
¿Las constelaciones familiares están bien representadas en Mi Otra Yo?
Ahora bien, Mi Otra Yo no deja de ser una ficción y, por eso, es importante saber qué tan acertada está representada la práctica en dicha serie.
‘Vi los primeros dos episodios y recordé mis sensaciones al conocer las Constelaciones Familiares hace casi 20 años. La sorpresa de toda la información que no recordaba de mi familia y de mi infancia.Fue interesante ver enlaserie, este mismo proceso, y también cómo este trabajo llega a las distintas personalidadesdelos consultantes. Me pareció importante que el escepticismo tenga lugar. En estos dos episodios que vi,laserie refleja muy bien el hilo invisible conductordelas experiencias no integradas enlafamiliay en el consultante”, cuenta.
Tuba Büyüküstün es una de las protagonistas (Foto: Netflix)
No obstante, Sciarretti aclara: “También me parece importante mencionar que si bien el facilitador lleva adelantelaConstelación, el resultado depende del consultante,desu apertura ydetomar bajo su responsabilidad como sigue su vidadeacuerdo a lo que se ha mostrado. Es decir,laintegración y solución depende del consultante. Enlaparte que vi hasta ahora, el facilitador fue presentado como un vidente, algo que no me pareció adecuado. Todos podemos formarnos entrenando nuestra sensibilidad y percepción juntos con el marco teóricodeesta filosofía para ser facilitadores”.
En la serie, se ve que las protagonistas por medio de esta práctica logran de alguna manera entenderse más a sí mismas y a sus relaciones, entonces, ¿es ese su fin?“Su principal aporte es que considera al ser humano en su integridad. Es una experiencia corporal, emocional, mental que amplíalaconciencia del consultante ydetodos los participantes del taller. Otro aporte es que una información interna del consultante ydesu sistema puede desplegarse en un espacio, hacer visible lo invisible y posibilitando un movimientodesanación”, cierra Sciarresi.