Después de lo hecho con La Maldición de Hill House, Mike Flanagan se ganó la confianza tanto del público como de Netflix para realizar una osada producción de terror. Se sabe que Misa de Medianoche es una de las historias más personales para el director, que llevó años de desarrollo y el resultado fue completamente positivo. Si todavía no la empezaste, te damos algunas razones para que lo hagas.
Si algo pasa en el terror desde hace algunos años, es el abuso del jumpscare. Popularizado por James Wan y su cine de obras como El Conjuro y El Juego del Miedo se volvió el truco fácil: un poco de música de tensión y alguna resolución impactante serán más que suficientes para asustar a la audiencia desprevenida. Sin embargo, Flanagan elige otro camino, por momentos mucho más rico.
Misa de Medianoche es una miniserie de tan solo 7 episodios que transcurre en la ficticia Crockett Island en donde un joven sacerdote llega para continuar con las misas de un anciano que se dice que está enfermo y no puede hacerlo. Interpretado por Hamish Linklater en un nivel altísimo, cada oración llegará con milagros a una isla en la que todo está listo para recibir con brazos abiertos a cualquiera que aparente ser un mesías: no solo son pocos y muy religiosos habitantes, sino que el contexto y la economía del lugar, afectada por un derrame de petróleo, servirán para favorecerlo.
Riley comienza la serie en prisión, tras atropellar y matar a una persona. (Netflix)
Algunas personas cuestionaron la extensión de los monólogos de los protagonistas de Misa de Medianoche pero esto, en ningún momento debería volverse un impedimento para verla. La serie se cocina a fuego lento pero su resolución lo vale. No solo asusta e incomoda (con personajes que parecen una mezcla de los escritos por Stephen King y los mostrados por David Lynch), sino que también da el espacio a la reflexión sobre la vida, la vida después de la muerte y el fin último de nuestra existencia.
El excelente padre de Hamish Linklater
Uno de los puntos más altos de Misa de Medianoche, sin ningún tipo de duda, es el padre Paul al que da vida Hamish Linklater. Cualquiera que haya asistido a una celebración religiosa conoce muy bien la forma en la que se expresan los curas, y lo que hace este actor en la producción es asombroso. Es tan convincente su papel que no solo lo fue para los espectadores sino también para sus colegas del set.
Cada capítulo está nombrado con un libro de la Biblia. (Netflix)
En una entrevista con Mirá A Quién Encontré, Michael Trucco, responsable de darle vida al alcalde Wade, contó una curiosa anécdota. “Me encantaría tener las palabras para describir cómo es ver… Sentarse en un escenario y ver a Hamish Linklater en ese púlpito, en ese altar, recitando un sermón”, aseguró. “Recitaba monólogos hermosos y cuando terminaba, todos en la iglesia comenzaban a aplaudir. Mike Flanagan salía de detrás de los monitores y decía: ‘Bien, bien, gran toma. Chicos… No se aplaude en la iglesia’”, detalló entre risas.