Burlarse de uno mismo es, a veces, romper estereotipos y visibilizar que uno no puede ser perfecto, pero sí se puede divertir. Esto es algo que no en muchas ocasiones ha quedado en evidencia, pero que Netflix lo logra a la perfección con División Palermo. Esta serie acaba de arribar a la plataforma y cuenta con un total de ocho episodios plagados de diversión, dramatismo, pero también realidad.
División Palermo está ambientada en la ciudad de Buenos Aires y sigue a un grupo de personas, todas con capacidades diferentes, que forman parte de la nueva guardia urbana de la ciudad. Esta idea, llevada a cabo por el departamento de policía, no es más que un marketing político, pero aún así llevó a un grupo de personas a unirse para proteger a la comunidad pese a los peligros.
Sin embargo, ya desde el primer momento, uno de los miembros de esta minoría que conforman la División Palermo, sin intención se convierte en el peor enemigo de una banda criminal que pone en peligro tanto su vida como la de sus compañeros. Con esto Felipe, interpretado por Santiago Korovsky, pone en jaque no sólo su propia seguridad, sino también todos sus miedos porque debe armarse de valentía en todo momento.
El grupo de División Palermo. Foto: (Netflix)
Y así es cómo División Palermo toma un giro indiscutido entre la comedia, la ficción, pero también la realidad. Si bien todas las situaciones que se muestran son graciosas y divertidas en las que uno como espectador logra distenderse, también terminan siendo una parodia de lo que sucede en la actualidad. Es por eso que esta serie, más allá de ser un duro reflejo de la realidad, es la ideal para reírse del contexto.
Porque, más allá de que toca cuestiones socio políticas que ya hemos visto más de una vez, ahora lo hace desde otro costado y eso hace la diferencia ya que se sale de lo común: el drama. Con esto es cómo se marca el gran trabajo de Santiago Korovsky quien no sólo protagoniza la tira, sino que también la creó. Junto a Martín Garabal hicieron un guion lleno de consistencias y giros que te llevan a estar, como espectador, pendiente desde el principio hasta el final de lo que sucederá.
Santiago Korovsky y Martín Garabal. Foto: (Netflix)
A pesar de que por momentos se torna larga, ellos han encontrado la forma de hacer de esa duración algo entretenido. En especial en episodios como el cuarto donde el dinamismo y la fluidez son aún más notorios porque, en tan solo unos minutos suceden todas las barbaridades juntas. Aquí es donde acompañan las grandes actuaciones de Pilar Gamboa, Daniel Hendler, Charo López, Martín Garabal y más.
De todas formas, más allá de lo que a su historia respecta, División Palermo tiene una producción por demás atractiva. Con tomas desde distintos puntos de la ciudad de Buenos Aires y distintas escenografías logra entretener y ayudar a pasar un buen rato entendiendo que no siempre todo lo que brilla es oro. Korovsky se ríe de sí mismo, pero también deja un gran mensaje: cómo ser verdaderamente inclusivo en una sociedad donde la palabra inclusión se terminó distorsionando.
Algunas cosas de las que suceden en Divisón Palermo. Foto: (Netflix)
Además, la creación de cada personaje es evidente que ha sido bien evaluada y llevada adelante porque no sólo mencionan cada discapacidad con el profundo respeto que merecen, sino que evidencian problemáticas que, por lo general, se pasan por alto. Y, por más de que en un principio esta serie no era una por la cual hubiese apostado, ciertamente superó mis expectativas dejándome, una vez más, conforme con las producciones nacionales.