Si hay un condimento sustancial en una serie o película que la hace distinta de otras historias es el que esté basada en hechos reales. Adentrarse en la vida de personajes tan llamativos resulta más que interesante. Y el caso de Becoming Elizabeth es, sin dudas, uno de ellos. La serie original de StarzPlay creada por Anya Reiss y protagonizada por Alicia Von Rittberg, se centra en contar cómo fue la adolescencia y la juventud de Elizabeth I, muchos años antes de que se convirtiera en una de las Reinas más importantes en la historia de Inglaterra. Si te gustan las series históricas, esta producción resultará súper atractiva para ti. Aquí, te contamos qué pensamos de este relato  y qué fue lo que más nos gustó.

El camino de Elizabeth I: una historia no tan divulgada sobre su juventud

Para comprender un poco cómo inicia la serie es crucial situarse en tiempo y espacio, y así entender el contexto socio-político que vivía Inglaterra. Si bien no se especifica el año, la historia comienza con la muerte del rey Henry VIII, padre de Elizabeth I y conocido por ser el propulsor de la reforma de la iglesia del país que dejaba atrás definitivamente al catolicismo. Ahora bien, ¿por qué no asume Elizabeth? Henry VIII se casó en seis ocasiones con: Catalina de Aragón, Ana Bolena (madre de Elizabeth I), Jane Seymour, Anne de Cleves, Catherine Howard y Catherine Parr, con quien no tuvo hijos al igual que con Cleves y Howard.

En Becoming Elizabeth solo los nombres de Aragón, Parr y Seymour son importantes. Es que si bien esta última no aparece en la serie (pues había fallecido diez años antes), es la madre de Edward VI, el niño de tan solo 9 años que es coronado como Rey tras el fallecimiento de su padre y razón por la cual Elizabeth I no accede al trono en ese momento. En aquel entonces, se “priorizaba” que el primer heredero fuera hombre sin importar la edad de la persona. 

Por otra parte, la situación de Elizabeth no era exactamente igual a la de sus hermanos. La joven, que tendría unos 14 o 15 años, al ser hija de Ana Bolena, quien había sido decapitada -en 1536- por supuesta traición a la corona, no era vista con buenos ojos entre la aristocracia. Sin embargo, su madrastra y última esposa de su padre, Catherine Parr, interpretada en la serie por Jessica Raine, colaboró para darle el lugar y el cariño que se merecía, por lo menos hasta ese entonces. Es que ese vínculo se va resquebrajando debido a Thomas Seymour, interpretado por Tom Cullen. Este político, además de ser el hermano de Jane Seymour, era amante de Parr, mucho antes de que Henry VIII falleciera.

Tal como se muestra en la producción de StarzPlay, la relación entre ellos era profunda e intensa. Pero de un momento a otro y con la llegada de Edward al trono, Thomas comienza a fijarse en Elizabeth. Sobre este vínculo prohibido poco se ha hablado en la historia de la mujer que luego se convertiría en Reina, pero ciertamente es una de las tramas centrales de esta serie. La atención que pone Seymour en Elizabeth empieza a ser notoria para Parr, quien no tarda en alejar a la joven de la familia.

Por eso, el título de la serie tiene mucho sentido. Porque, en algún punto, todo el odio y el desprecio al que Elizabeth debe enfrentarse en esta etapa de su vida, primero, dejan a la vista sus vulnerabilidades. No obstante, ese es el punto de partida que usa para transformarse y resurgir con una fortaleza admirable que lógicamente años después la convertirían en Reina. Claro que ese camino no es nada fácil. Para ser aquella líder, debe desafiar al machismo y a los preceptos típicos de esa época en la que se le decía a la mujer cómo debía actuar. Su tenacidad y determinación la ayudan justamente a rechazar esto y así revelarse ante el mundo entero. 

Becoming Elizabeth no es únicamente una serie histórica. La mirada de su creadora, directora y guionista, la dramaturga inglesa Anya Reiss, es esencial aquí, pues su propuesta radica en mostrar a estas personas como seres humanos con errores, falencias y aciertos. Pero también dejando en evidencia sus miserabilidades en pos de acumular poder y tener el control.

Vale mencionar que el ritmo narrativo que se utiliza es el indicado para este tipo de relatos. Los diálogos a veces pueden ser lentos y complejos, pero es esto lo que invita al espectador a saber más en detalle sobre estos personajes, en caso de que no lo supiera. 

Siguiendo con el aspecto técnico, la dirección de fotografía a cargo de Lukasz Gutt y Tony Miller también es digna de destacar, en conjunto, con el vestuario y la puesta en escena, siempre tan primordiales en producciones de este estilo. 

Pero, por supuesto, hay que decir que las interpretaciones son lo mejor de todo el show. Empezando con Alicia Von Rittberg, la actriz alemana de 28 años conocida por su papel en la película Fury, quien se pone al hombro la difícil tarea de dar vida a un personaje tan icónico como este y lo hace estupendamente. Desde el acento, los gestos y las miradas, se puede percibir el trabajo que la intérprete se propuso llevar a cabo junto a Reiss para ser Elizabeth I. 

Por otro lado, el vínculo que tiene con Seymour está muy bien desarrollado gracias también al acompañamiento de Tom Cullen (Black Mirror). El actor transmite en este personaje ese misterio, oportunismo y seducción con los que podría haber jugado para ganarse la confianza de la joven Elizabeth. Raine hace lo propio con Parr y Romola Garai, sin dudas, también está impecable. Solo que para verla como la despiadada reina Mary, hija de Catalina de Aragón, habrá que tener un poco de paciencia, pues su presencia cobra mayor importancia hacia la mitad de la serie.

Becoming Elizabeth tiene ocho episodios y el primero ya está disponible en StarzPlay. Los próximos se irán renovando cada domingo.