Finalizó hace más de un año, pero 'Game of Thrones' sigue siendo noticia. La serie de HBO creada por los showrunners David Benioff y D. B. Weiss llegó a su fin tras ocho temporadas a lo largo de la década, cosechando millones de fanáticos alrededor del mundo. Con los actores alejados de la producción, comienzan a revelar ciertas historias que pueden resultar curiosas para los aficionados.

En el nuevo libro 'El fuego no puede matar a un dragón', que cuenta historias del detrás de cámaras, hace foco en una escena que se convirtió en la más desagradable de todas. Se trata del momento en el que Ned Stark (Sean Bean), Robb (Richard Madden), Bran (Isaac Wright), Jon Snow (Kit Harington) y Theon Greyjoy (Alfie Allen) se encuentran con ciervo y un gran lobo huargo, ambos muertos, en la primera temporada.

Según confesaron, utilizaron un cadáver de un ciervo real que llevaba varios días pudriéndose. "Nunca había olido algo tan horrible, y ni siquiera estaba cerca de eso", dijo el productor Bryan Cogman. Agregó: "Estaba al otro lado de la pradera, en la carpa de los productores. Solo de recordarlo soy capaz de olerlo ahora mismo".

El director Daniel Minaham comentó: "Lo hicieron de verdad, y liberó un olor terrible. Todos los actores, los chicos, terminaron vomitando". Por su parte, Tim Van Patten explicó: "Teníamos un ciervo muerto real. Estaba hinchado y lleno de gas. Hicimos todo en la escena hasta abrir la panza del ciervo. Luego llegamos a ese momento cuando clavamos el cuchillo en él. Nadie esperaba eso. Las entrañas cayeron y el olor hizo que la tripulación se revolviera y vomitara".

Como estas historias hay más, como Nikolaj Coster-Waldau (Jaime Lannister) recordando que Emilia Clarke (Daenerys Targaryen) le dieron un lugar "realmente duro y degradante". Además, Liam Cunningham (Ser Davos) comentó que rechazó una idea de los showrunners porque le parecía indigno. Será cuestión de tiempo para continuar conociendo historias del rodaje de una de las producciones más grandes de la historia.