El pasado jueves 4 de enero se estrenó en las salas de México la película Uma & Haggen, una cinta animada que nos narra la historia de un niño vikingo llamado Haggen, quien debe ayudar a la princesa Uma a regresar a su ciudad para retomar el trono de su padre, pero esto no será sencillo ya que fuerzas oscuras se interpondrán para tratar de evitar que estos niños puedan cumplir su misión.
Y debido a este estreno, tuvimos la oportunidad de platicar con Benito Fernández, el director y creador de esta historia en una entrevista en la que nos compartió cuáles fueron las películas o series animadas que cambiaron su vida, cómo fue realizar este trabajo en 2D en una época en la que el 3D busca imponerse y sobre todo, cómo ve él a la inteligencia artificial, que por desgracia, busca sacar a los artistas del arte.
Por ello, esperamos que disfruten de esta entrevista y por supuesto, de Uma & Haggen, película que ya se encuentra en las salas de cine de nuestro país y que recomendamos al 100.
¿Cuál fue la película o serie animada que marcó tu vida?
Son varias, como influencia para mi trabajo de ahora son dos las básicas: una serie que hizo Miyazaki muy al principio que se llama Conan Future Boy, Conan el niño del futuro, que es una serie que muy poca gente conoce; cómo me impactó a mí esa película, algo me viajó muy cañón. Y ya después obviamente todo el trabajo de Miyazaki.Y por parte de occidente, la caricatura de Batman animada de los 90, del 93, 94, ¿te acuerdas de esa? Para mí fue un cambio de lo que se podía hacer en animación, del tipo de guiones que había, del sabor, a veces incluso esa dureza, por que había guiones que acababan bien duro, como el de Mr. Freeze, o varios ejemplos de esos. Entonces digamos que esas son las dos influencias del tipo de historia que me gusta tratar de plantear.
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El director Benito Fernández nos entrega una historia cautivadora y emocionante, con Uma & Haggen. Imagen: Cortesía.
Tu relato si bien es una ficción, sí tiene sus bases sobre las culturas prehispánicas y vikingas, ¿contaste con el apoyo de algún académico o investigador para esto, o fue algo más libre?
No, sí fue un trabajo más libre; mira, parte de que quisiéramos hacerlo como ciencia ficción, era precisamente para no tener la responsabilidad de hacer una descripción históricamente correcta, por que si vas a hacer eso tienes que documentarte, tienes que tener a algún doctor, alguna persona de arqueología; entonces no queríamos eso, yo quería sí tener elementos, hicimos investigación pero, pues le checas un poco el vestuario, un poco las pirámides, el acueducto, el cenote sagrado, la adoración por los astros, por la Luna, por el Sol. O sea sí, sí hay todos estos elementos, el hecho de que alguien aparezca en la cima de una pirámide y su sombra se proyecte a lo largo de todo, eso está basado obviamente en la pirámide de Kukulcán, que una vez al año se ve la sombra de la serpiente bajar. Entonces sí, hay muchos elementos inspirados en estas culturas pero no queríamos hacerla hardcore, siguiendo documentalmente las cosas, porque lo que queríamos era tener la libertad artística de contar la historia como la queríamos contar.
¿De dónde nace la inspiración para contarnos esta historia?
La inspiración nace de 3 cosas diferentes: la primera, fue que cuando yo fui a las ruinas de Tulum (en el estado de Quintana Roo), que es una ciudad con pirámides a la orilla de un risco con el mar azul abajo, dije, ¿cómo sería esta ciudad en su apogeo?, ¿cómo hubiera sido en su máximo desarrollo, con gente caminando, animales, y me llamaba mucho la atención imaginar eso. Y luego lo llevé un paso más adelante: ¿cómo hubiera sido esta ciudad si hubiera seguido su evolución, si hubiera llegado a su revolución industrial? Entonces me imagino estas pirámides de 100 pisos de altura, funiculares para subir usando vapor, empezando a usar combustibles fósiles, maquinarias. Entonces esa mezcla nos creó un mundo que se nos hizo muy interesante, una especie de steampunk de mezcla de tecnologías con lo prehispánico, que se hizo muy padre.
El pequeño Haggen demostrará que no le teme a nada con tal de ayudar a su amiga Uma. Imagen: Cortesía.
Lo segundo era ese concepto de la princesa, que yo veía que todo el mundo tenía su princesa, casi, casi todos los países ya tenían a su representación de princesa. Medio oriente tiene a Jazmín, y yo decía, ¿dónde está nuestra princesa mesoamericana, nuestra princesa latina? Entonces fusioné esas dos cosas: la idea de tener una historia de princesa, junto con este mundo steampunk maya, y se volvió algo muy interesante. Y el tercer elemento era de esta leyenda de los vikingos llegando a América antes que España, y que haya habido contacto, se me hacía muy fascinante. Entonces introdujimos el último elemento que es Haggen, este niñito que viene del otro lado del mar, que es muy diferente a ella, muy blanquito, muy werito de ojo azul, de carácter totalmente diferente, aguerrido, incluso valiente exagerado, por que es algo de su edad, por que es un niño. Entonces todo eso mezclado se volvió una tierra de cultivo muy interesante que es lo que fue creando el origen de la historia. Mira es como esta fantasía que crearon con Game of Thrones o con El Señor de los Anillos, con la Europa medieval, y que le das la vuelta y metes magia, y metes dragones, y metes fantasía; yo quise hacer lo mismo pero con nuestras leyendas mesoamericanas con las leyendas mayas, y se crea algo que está muy interesante.
La idea de que Uma fuera una niña tan valiente y aguerrida, ¿era así desde el inicio o fue evolucionando con el tiempo?
No fue por moda, yo sé que ahorita está como de moda tener al personaje femenino empoderado y todo este rollo pero no fue por eso. A mí siempre me han gustado las historias con niñas: la mujer-niña a mí se me hace como la máxima expresión de potencial que tiene el ser humano, aparte de que tienen el potencial de dar vida que es un super poder que nada más ellas tienen y nosotros no, se me hace como puro potencial. Las mujeres son madres, son amigas, son hermanas, son ternura, son comprensión, me encanta el potencial de niña-mujer, se me hace algo muy mágico. Entonces siempre me han gustado las historias con niñas pequeñas, pero si te fijas a lo largo de la historia realmente Uma no es tan valiente al principio, de hecho ella rechaza lo que se le estopa otorgando. No quiere por que no quiere esa responsabilidad, no quiere darle a los demás y obviamente le piden demasiado, y no quiere. Y a lo largo de la historia ella va tanto aprendiendo de Haggen como aprendiendo de sí misma, lo que es el valor y curiosamente los papeles se invierten, por que ella es la que se vuelve la valiente y Haggen se convierte en lo que es, que es un niñito de 8 años que se quedó solo y que ya no quiere estar solo. Entonces esa parte es muy bonita.
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La película ya se exhibe en los cines de todo el país y es una excelente opción para acudir con toda la familia. Imagen: Cortesía.
¿Cuál es el secreto para equilibrar la crudeza en una película para niños, ya que vemos que por un lado Uma acaba de perder a su padre y será sacrificada, y por otro lado Haggen fue el único sobreviviente de un naufragio?
Fíjate que tiene su chiste por que de donde aprendí mucho de eso fue de las primeras películas de Pixar de John Lasseter, ellos me enseñaron mucho ese camino por que si tú te fijas en las primeras películas de Pixar, hay como una historia muy amigable para los niños pero a la vez tienen mensajes muy maduros e incluso, muy agridulces para los adultos. Como Toy Story o como el principio de Up!, o como Wally que a final de cuentas, sí, el niño está viendo los colores, la cucarachita, los robots, Eva, que es un diseño muy bonito, pero tú como adulto te estás dando cuenta de que te están hablando del final de la humanidad, y su final-declive a unos seres parasitarios que no pueden moverse de un sillón sin que les haga algo la computadora. Eso es algo muy denso. Claro, te lo ponen muy bonito, te lo ponen de colores, te lo ponen muy vistoso; o el principio de Up! que habla de la vida entera de una persona que pierde todo: pierde a su pareja, pierde su casa, no puede tener hijos, y nunca le pudo cumplir la promesa de llevar a su esposa a ese viaje tan prometido. Entonces ese tipo de detalles a mí me gustan mucho, y de ahí tratamos de aprender eso de cómo tener una historia divertida, de aventuras, movida, con música, con honguitos, con personajes divertidos para los chicos, pero que también hubiera estos mensajes profundos, agridulces, de pérdida, de verdadera realidad para lo padres, como la historia de Haggen, como las decisiones que debe tomar Uma, o como partes del final de la película que no vamos a decir aquí, pues que son muy agridulces.
Entonces sí se puede. Y si hay algo que tengo muy claro es que los niños son mucho más inteligentes, aceptan mucho más de lo que a veces les damos. No por que sean niños son tontos, entiende mucho más y son muy sensibles a situaciones que a veces creemos que no deberían de entender pero sí lo hacen. Entonces haciendo eso, es como tú ves el tipo de mensajes que hay en la película.
Uma es una princesa que luchará contra todo para proteger su reino. Imagen: Cortesía.
¿Cuál es el principal reto de hacer animación tradicional ante los embates de la animación hecha en computadora, y la existencia de la inteligencia artificial?
Es un reto y a la vez es un beneficio, es muy extraño, es como el filo de la navaja por que, por un lado la mayoría de la gente está animando por computadora, y precisamente ahorita estamos a la vuelta de la esquina de que las películas ya se las puedas dictar a una computadora: “oye ahorita necesito que me hagas una escena de Haggen brincando, ahora quiero que caiga en el agua, ahora que le salga un cocodrilo”. Pero, ¿sabes qué? Que yo en lo personal siento que eso remueve al elemento humano, se remueve al elemento artístico del arte, y el arte necesita artistas detrás. Y si yo puedo dictarle parte de la película a una computadora siento que está perdiendo parte de su alma, sino es que toda su alma. Entonces la gente nota estas cosas, la animación 2D tradicional, como hicimos la película, tiene un sabor muy especial. Mira, esta es la prueba de fuego: de todas las películas que tu hayas visto que primero hayan hecho en 2D clásico, y que luego las hayan vuelto a hacer en computadora, ¿con qué versión te quedas? (Le respondo que con la clásica, a lo que el director me responde): Mira, nadie me ha contestado otra cosa, y le he hecho la pregunta a mucha gente, y todo el mundo me dice, me quedo con el cuento clásico. Por que la animación 2D tiene ese sabor de meter la cabeza en un libro de cuentos, y que los personajes de veras cobren vida. Es la única que realmente merece el término dibujo animado. Entonces, fue mucho trabajo, se vuelve complejo, es muy laboriosa la técnica, es mucho, mucho trabajo artesanal, pero el resultado se ve en pantalla, ¿y sabes qué? Se ve para siempre. Entonces dentro de 50 años que todas las películas estén hechas por computadora, la mía va a seguir siendo artesanal, nunca va a perder eso, nunca. Y eso es algo que me gusta mucho. Por eso nos tardamos 13 años. Mira: la película es totalmente independiente, por que la única manera de mantener esa calidad y de mantener ese nivel de imagen que tú viste y que te gustó, era no tomando atajos.
¿Cómo fue trabajar con Humberto Vélez, Laura Torres, Jesse Conde, Héctor Gómez Gil, y Alondra Hidalgo?
Si queremos ser congruentes y lo que queríamos era hacer la mejor expresión de una película animada, pues el mejor trabajo de doblaje lo van a hacer nuestros actores de doblaje: son referente del mundo los actores del doblaje mexicano. Son voces que tú escuchas e inmediatamente te dan buen sabor de boca, ¿y sabes qué me gustó mucho?, que me decían a veces ellos, Humberto y Meli: “oye, a mí me gusta mucho la oportunidad, yo no estoy haciendo doblaje contigo, estoy haciendo trabajo original de actuación”. Y esto es algo que no tienen tanta oportunidad de hacer por que más bien se dedican al doblaje. Aquí fue su trabajo: la primera vez que habló Uma fue con Meli, la primera vez que habló Ulom fue con Humberto Vélez. Entonces eso es muy padre por que les das la oportunidad de proyectar su capacidad histriónica.
La película es un espectáculo ideal para grandes y chicos, quienes disfrutarán de esta historia por igual. Imagen: Cortesía.
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Y fíjate que a Humberto sí lo dejé improvisar por que yo sabía que él iba a tener ideas muy geniales, de repente tienen una chispa muy padre. Por ejemplo hay una escena donde él tenía que jalar a Uma y él decía, “venga acá”. Y él le puso: “Vengache”. Y le dije a Héctor Gómez Gil, que me estaba ayudando a grabar las voces, “déjalo, está padrísimo, déjalo”. Yo no quería meter chistes muy coloquiales, o muy localistas por que se pierde el sentido a la hora de que tratas de salir de México. Ya incluso en Argentina o en otros lados ya no es el mismo humor, por eso más o menos tratamos que los chistes fueran entendibles en todos los lugares donde se habla español, sin caer en un chiste que sea de doble sentido, o muy chilango. Pero definitivamente una experiencia muy fabulosa el trabajar con ellos. Por ejemplo el honguito, Fungo, que tiene la voz de Jesse Conde, que fue la voz del Duende Verde, o del Guasón de Jack Nicholson, del Capitán Barbosa y de mil cosas más. Pones a Jesse al micrófono y tú ves que tu personaje cobra vida, de verdad tú ves cómo cobran vida tus imágenes que lograste hacer, les ponen alma. Y vuelvo al punto, algo que a mí me interesa mucho es conservar el alma, el arte del proyecto, y claro que nuestros actores de voz participaron de forma muy importante en esta parte también.
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