Compañías de la talla de Marvel Studios o Sony Pictures funcionan como trampolines perfectos para lanzar al estrellato como nunca antes a figuras con un gran talento. Ejemplos perfectos son los de Tobey Maguire con la primera trilogía de Spider-Man y Robert Downey Jr. convirtiéndose en el ícono de la franquicia como Iron Man. Pero mucho antes de eso, ambos protagonizaron una película más que recomendada si buscas llorar a cántaros.

Aunque en el MCU no compartieron escenas, sí lo hicieron en esta ficción en la que su química es innegable. Su título es Wonder Boys, aunque en Hispanoamérica se conoció como Loco fin de semana y en España bajo el nombre Jóvenes prodigiosos. Asimismo, su fecha de estreno se remonta al año 2000, cinco años después de la publicación de la novela de Michael Chabon que funcionó como inspiración para el film.

¡Y no es el único protagonista que también ha trabajado en Marvel! Quien encabeza la cinta es nada menos que Michael Douglas, que le da vida al Dr. Hank Pym en Ant-Man. ¿De qué se trata? Grady Tripp es un novelista que se desempeña como profesor de escritura creativa en una universidad de Pittsburgh. No todo marcha como planea: no logró finalizar su segunda novela, se divorció y es el amante de la canciller de la universidad, rol en manos de Frances McDormand.

Mientras que Robert Downey Jr. se pone en la piel de Terry Crabtree, el editor de Grady que llegó a la ciudad para revisar su libro, Tobey Maguire es el responsable de interpretar a James Leer, un alumno que acaba de finalizar la clase de Grady y que también se encuentra interesado en publicar su novela. Con Katie Holmes, Rip Torn, Richard Thomas, Jane Adams y Alan Tudyk completando el reparto, Wonder Boys corre bajo la dirección de Curtis Hanson y el guion de Steve Kloves.

Lo cierto es que una vez que llegó a los cines, la cifras en la taquilla desilusionaron en parte a sus productores, tanto a Curtis Hanson -que también ocupó ese rol- como a Scott Rudin. De hecho, debieron pensar en un re-estreno para atraer a la audiencia. Ahora, con los protagonistas viviendo su pico máximo de fama, la comedia dramática aparece como la opción perfecta para aquellos que quieren ver mucho más que películas de superhéroes.