En clave de policial, este jueves llegará al cine una película imperdible para los amantes de las historias reales. Lucas Combina estuvo al frente de Un crimen argentino, producción que protagonizan Nicolás Francella, Matías Mayer y Darío Grandinetti que gira en torno a la misteriosa desaparición de un importante empresario de Rosario, ciudad de Argentina, en plena dictadura militar. En una carrera contrarreloj y contra las trabas impuestas por los oficiales, dos fiscales deberán dar con el paradero de Gabriel Samid.

A pesar de haber sido un caso real, hay un detalle que le da un condimento extra a Un crimen argentino: hay mucho mito urbano, mucha leyenda que rodea esta desaparición, que parece completamente desconocida entre los argentinos pero que es muy popular entre los rosarinos. Fue uno de los periodistas más conocidos de esta ciudad el que se encargó de llevarla a un libro, Reynaldo Sietecase, cuya publicación sirvió como inspiración para este largometraje que Warner Bros. Pictures presenta esta semana.

“En el resto de Argentina no hay tanta memoria de ese caso pero en Rosario obviamente, sí. Igual hay también todo un mito urbano, todos te cuentan cosas distintas”, aseguró Lucas Combina en diálogo con Spoiler, en donde destacó lo bueno de que “se siga apostando a la pantalla grande”. En este sentido, también remarcó que más allá de que el título y el relato se enmarquen dentro de la Argentina, es algo con lo que se puede empatizar en toda la región, como parte de una historia en común que atravesó a Latinoamérica y sus dictaduras, pero que también puede disfrutarse como policial.

Los hechos transcurren en la década del 80. (Warner Bros. Pictures)

Los hechos transcurren en la década del 80. (Warner Bros. Pictures)

La película está basada en un libro. ¿Cómo fue adaptarla?

Yo no estuve en el guión, yo llegué ya con un libro armado, digamos con un guión armado. Sí, estuve participando en devoluciones, pero más desde una mirada de director, no de guionista. Lo que sí, apenas me llega el guión, lo primero que hice fue conseguir el libro y desde ahí empecé con una etapa de investigación, del caso y empaparse un poco de del caso y de la época. Entender el contexto, que me parece que es muy importante en la película.El hecho de contar la historia dentro de un contexto militar ya conocido en la Argentina merecía cierto respeto también no solo porque se estaba se estaba contando sobre un hecho real, sino que también el contexto era muy fuerte. Después bueno también hicimos toda una investigación para arte, llegué a tener el expediente en mi mano que fue una experiencia incluso rara. Tenía una noche para leerlo, me pongo a ojear así como bueno era un montón de hojas y digo bueno, lo veo y quedé enganchado y era una estrella de la mañana, estaba sentado en la cama leyendo todo la investigación real, hojas amarillentas y en un momento incluso hago así y era la misma fecha que lo estaba leyendo entonces ahí entendí la importancia del caso en el sentido de que venía muy metido en la ficción. Acá hubo una persona, familiares y madres. Entonces, te llega desde otro lado y eso también me conmovió bastante.

Una vez que leíste el libro, ¿evitaste acercarte a él o preferiste tenerlo como referencia?

Quise ser fiel al guión, al libro cinematográfico, pero el libro me ayudó mucho a entender también el personaje y la atmósfera que se le dan a ese momento entonces no es que no quería atarme al libro, quería atarme al guión, pero el libro lo tuve muy presente a la hora de construir el personaje, entender el contexto sociopolítico del momento, entender la época. Entonces sí me sirvió. Aparte me encanta como escribe Reynaldo. Incluso hay algunas cosas que volví del libro y vi que no estaba entonces lo agregaron. Aparte disfruto mucho del género y la historia era fuerte, o sea, me permitía jugar, no solo con con lo que te daba el guión, sino con lo que te daba el libro.

¿Qué policiales sirvieron como inspiración?

La investigación está a cargo de fiscales, es un policial de investigación. Tiene un thriller. Pero mi referencia creo que es la referencia que tenemos todos como policial. Todavía no me puedo sacar de la cabeza películas que tenemos todos como Seven. No intento hacer seven, simplemente que sí son los referentes del cine negro que tenemos. Me gusta también el cine de Tarantino, el de Scorsese. Esos son mis referentes, pero no me referencié en ninguna película. 

Francella y Mayer. (Warner Bros. Pictures)

Francella y Mayer. (Warner Bros. Pictures)

¿Cómo fue trabajar con Francella y Mayer como dupla de fiscales?

A mí lo que me gusta ahora con la distancia verlo, es que tenemos muchas potencias de generaciones diferentes. Tenemos tres actores que son que son muy jóvenes: Nico, Matías y Malena (Sanchez), que les toca la parte más difícil de la historia siendo jóvenes, con una intención de crecer como lo tiene cualquier joven que que está empezando su profesión y de golpe le toca el caso de sus vidas en medio del peor momento de la historia de la Argentina. Ellos tenían que enfrentarlo, mostrar cierto poder. Imagino que debe haber sido difícil siendo chico. Me gustó ese grupo.

Darío Grandinetti es, sin dudas, uno de los que se destaca. ¿Qué podés contar de este trabajo con él?

Hay todo un mito también y sabíamos que era una persona así de enroscarse y tiene tiene una forma que yo creo que lo transmitió muy bien Darío. No quiero spoilear nada, pero a mí lo que me gusta es la sensación que te deja. Lo dejo ahí para que no sea spoiler. Me vuelve loco cómo lo lo laburo. Y para mí fue una un una posibilidad enorme, yo estoy muy agradecido con Darío porque lo conocí en la película y tuvimos un excelente trato, un respeto mutuo. Si busco una metáfora futbolística es como que me dijeron “tenés que dirigir a Messi y bueno para mí es lo mismo”. 

Tampoco se puede dejar de lado el trabajo de Alberto Ajaka. Transmitía muchísimo miedo en cada aparición…

A mí me encantó la propuesta de Alberto Ajaka, el papel que tenía creo que creció mucho más. Empezó a buscarlo y proponer. Está todo el tiempo proponiendo y se la juega y bueno con él lo tomamos como mucho con mucho respeto. Yo siempre digo esto no no es una película sobre la dictadura no cuenta la historia de la dictadura, pero el contexto está está en todos lados, y esos personajes existían. Y nosotros queríamos que que se transmitiera ese modo que tenían, esa forma de de actuar y yo creo que él lo logró. Todos más o menos leímos sobre la dictadura o nos contaron, o tenemos pariente que te iban diciendo qué pasaba y cómo lo chuparon o cómo terminó en un lugar a dónde lo llevaron, o que a un amigo de él le había pasado. Creo que si te metes en esos temas, obviamente el personaje de él no podía quedar disminuido. Si bien era uno es como que representaba todo ese poder. Había momentos muy tensos en en el rodaje. En general el clima estuvo muy bien. Escenas violentas incluso las charlamos, practicamos.

Alberto Ajaka. (Warner Bros. Pictures)

Alberto Ajaka. (Warner Bros. Pictures)

¿Fue complicado el rodaje?

Fue  un un rodaje muy duro en la ciudad de Rosario en enero, febrero, marzo, con un clima marcado que se nota que también fue pensado no es que estaban transpirados porque sí, se trabajó esa idea también del calor, de la humedad, en el maquillaje. Yo creo que la película tiene un gran potencial en cuanto a la puesta que te ubica en una época que tiene lugares intervenidos donde hay un trabajo excelente por parte de Cata Oliva, que es la directora de arte, que conjuntamente con con el director de fotografía que es Quino González le dieron toda una atmósfera a la película y se logró se logró ubicarnos temporalmente y está bueno también cómo se ve Rosario. Cambiamos hasta colores de edificio, cambiamos las plazas, cambiamos un montón de cosas y una una búsqueda de autos de la época. Todos los extras que pasaron obviamente, vestidos y peinados de época. Entonces el rodaje sí, era complejo. Rodamos en locaciones que sabíamos que estaban vinculadas al caso.

Si bien es un policial, hay bastante comedia. ¿De qué manera sumaste el humor?

No le digo comedia sino que es como cierta soltura de los personajes porque no dejan de ser jóvenes argentinos que están trabajando y tienen momentos de distracción o que la ven realmente complicada viste y se miran buscando como cierta complicidad entre ellos porque hay un momento que la situación te supera. A a mí por lo menos esa situación que te superan por ahí es donde te salen los mejores chistes. Con los chicos trabajamos una idea de amigos de trabajo: si bien son diferentes, vienen de barrios distintos, no es tu mejor amigo porque es un compañero de trabajo, pero lográs tener un un acercamiento porque todos los días te tenés que ver la cara, todos los días pasas por momentos difíciles, hay una relación que está buena y no sé en ese sentido me parece que le da cierto atmósfera a momentos.

La dictadura militar argentina le da contexto al film. (Warner Bros.)

La dictadura militar argentina le da contexto al film. (Warner Bros.)

Más allá de ser “Un crimen argentino”, ¿cómo creés que puede conectar con el público de Latinoamérica con la película?

Yo creo que te sitúa en una época que si bien obviamente puedes tener más detalles por ser argentino por haber vivido en esa época o por el simple hecho de conocer lo que sucedió en Argentina o saber o no del caso en particular, yo creo que hay hay cierta universalidad en el sentido de que en esa época varios países vivieron historias similares. Me parece que lamentablemente hay como un entendimiento de lo que fue un sistema opresor en todo Latinoamérica. Todos tuvimos una historia con detalles distintos pero muy similares. Insisto esto tampoco es que te va a enseñar, no es sobre eso, pero te pinta una época y tiene también una cuestión marcada sobre de un género que también te atrapa. Funciona como cualquier policial.