Con su personaje de Jorah Mormont en Game of Thrones, el actor irlandés Iain Glen se robó el corazón y aliento del público. Pero desde 2010 lo había hecho con su personificación de Jack Taylor en la serie del mismo nombre. Allí dio vida a un expolicía alcohólico cuya oficina es un pub y que es contratado como detective privado para resolver casos no sin antes meterse en muchos problemas.

En esa serie, basada en las novelas negras de Ken Bruen, se incluye en la narrativa al futbol mediante el club Galway FC, equipo de esa ciudad que actualmente pertenece a la primera división de Irlanda. Desde entonces empezaba a introducirse en contenidos audiovisuales la pasión futbolera que existe hacia clubes y jugadores europeos poco conocidos en el mundo.

 

Si nos enfocamos principalmente en territorios británicos, esa conexión del Galway FC aterriza hoy día con Belfast,película dirigida por Kenneth Branagh. Si bien es cierto que este director es hincha del Tottenham Hotspur de la Premier League, su gusto por el balón lo lleva a rescatar del olvido a Danny Blanchflower, ídolo de Irlanda del Norte que surgió del Glendoran FC, club norirlandés que participa en la máxima categoría del país en la actualidad.

De esta manera las producciones europeas que introducen al futbol en sus historias apuestan por Irlanda, Irlanda del Norte e Inglaterra como fuentes de inspiración para absorber elementos. Pero del otro lado del mundo, específicamente en Estados Unidos, hubo quienes prefirieron voltear hacia Gales, territorio ignorado en ese aspecto. Una de esas personas que le prestó atención fue Ryan Reynolds.

El actor estadounidense-canadiense se sintió atraído por el futbol galés. No lo hizo solo. Junto al guionista y actor Rob McElhenney empezó a vivir una atracción especial por la cultura futbolística de Gales. ¿Por la participación de la selección galesa en la Eurocopa 2016? ¿Gareth Bale y Aaron Ramsey fueron los causantes? No, nada de eso. Simplemente les pareció fascinante la forma en que se apasionan los aficionados de clubes pertenecientes a divisiones inferiores, sobre todo de aquellas que tienen más de 100 años de existencia.

Ese sentido de pertenencia e identidad, aunado al folclore futbolero que envuelve a los clubes centenarios británicos, los llevó a enfocar sus miradas en Wrexham AFC, un club fundado en 1864 y que es considerado oficialmente el tercero más antiguo de Gran Bretaña. 

Reynolds y McElhenney descubrieron que el club atravesaba una crisis financiera, por lo que se animaron a preguntar si podían adquirirlo. Para ello debían contar con la autorización de los socios y aficionados. Se llevó a cabo un proceso de elección, más o menos a la usanza de una jornada electoral para cargos públicos, donde se sometió a votación su proyecto. Para sorpresa de ambos, los resultados arrojaron un 98% de votos a favor para que se convirtieran en los nuevos dueños. 

 

A finales de noviembre de 2020 fue dada a conocer la noticia de que eran facultados como propietarios del club. Como primera medida, los actores anunciaron una inversión de 2.2 millones de libras. Parte de ese capital va destinado a la remodelación del estadio Racecourse Ground, inmueble catalogado como el más antiguo del mundo.

Priorizando la conservación de ese recinto, Reynolds y McElhenney contemplan un plan de mediano a largo plazo para que el equipo ascienda de la quinta división galesa a la Premier League, que es su sueño. Para que eso suceda, y tienen noción de ello, deben destinar otro monto financiero a la formación de jugadores, fichajes en puntos clave y un trabajo integral con la afición para alentar al equipo en las tribunas del Racecourse Ground.

Reynolds ha sido honesto desde el principio: “No sé mucho de futbol, pero me encanta la pasión de los aficionados. Creo que debemos ir paso a paso y el primer objetivo es ascender a la cuarta división”. Por su parte, McElhenney reconoció que la comunidad alrededor del Wrexham AFC lo conquistó al grado de entrar como inversor para preservar al club: “Ha estado 13 años en esta liga (quinta división) y hay varias cosas que tienen que cambiar”.

No sabrá nada del balón, tal como ha dicho él, pero Reynolds se ha convertido en uno de los últimos románticos del futbol actual. Hoy día que se prioriza el negocio sobre el deporte y los resultados sobre los valores de una institución, el actor no solamente rescata a un equipo de tradición sino a toda una comunidad que heredó de sus tatarabuelos el amor por una camiseta que les permite soñar con que algún día llegarán más lejos de lo que sus ancestros imaginaron.

Así, mientras que Galway FC y Glendoran FC son sacados del anonimato en ficciones, Wrexham AFC surge del pasado en la realidad del presente gracias a dos actores que bien podrían invitar a jugar un partido amistoso en el Racecourse Ground a Kenneth Branagh e Iain Glen. ¡¿Y por qué no?! A los clubes de quienes son hinchas estos dos señores, Tottenham Hotspur y Manchester United respectivamente. De la ficción a la realidad sólo hay un paso y el futbol lo ha demostrado. 

Pese a que no se ha confirmado, se rumora la filmación de un documental que retrata el proceso del Wrexham AFC con sus nuevos propietarios. A reserva de que sea cierto o no el desarrollo de esa producción, apelando a lo que escribió uno de los hinchas del club en redes sociales, el mejor guión de una película futura ya se está escribiendo y quizá el mejor final sea el ascenso a la Premier League.