Triste amanecer para madres y abuelas que crecieron enamoradas de las canciones de Diego Verdaguer. Mientras ellas dormían, la madrugada tembló con la noticia de que su ídolo había fallecido. Despertaron para enterarse que el cantautor partió para reencontrarse con Juan Gabriel, Joan Sebastian, Vicente Fernández y otros amigos intérpretes que tuvo en vida.
Durante la mañana del 28 de enero, YouTube y Spotify fueron los espacios donde acudieron esas mujeres para buscar rolas como Volveré, La ladrona, entre muchas más. Pero hay una canción en especial a la que se dirigieron con deseos de escucharla una y otra vez. Se trata de El pasadiscos, el éxito con que se encumbró Verdaguer en México.
Esa canción en específico formó parte del soundtrack de sus vidas desde finales de los setenta hasta iniciada la década de los noventa. Y es que El pasadiscos fue un hit que trascendió con el paso de los años. De la radio al cassette y de éste al CD, la rola estuvo siempre en los primeros sitios.
De igual manera, se instaló como un distintivo sonoro de entidades como la Ciudad de México. Lo mismo se oía en casa de las tías que en los taxis leales a Stereo Joya. Transitar por las calles capitalinas también implicaba escucharla, ya fuera porque sonaba en un puesto de discos piratas o porque un cantante callejero la usaba para ganarse unas monedas.
Ellas, sus fans, hoy comulgan con Lucero al confirmar que están sintiendo su partida. Coinciden con Javier Alatorre en referir que se fue un grande de la música popular. Conceden razón a Paty Chapoy en el sentido de que cuesta trabajo despedir a alguien así. Algunas otras se ponen en el lugar de Yuri para llorar de la tristeza.
Ni qué decir de lo que vibra en torno a Amanda Miguel, la mujer a que envidiaron por ser el gran amor de Verdaguer y a la que en estos momentos quisieran abrazar, sobre todo aquellas mujeres que en los últimos años también debieron despedir a los amores de su vida, especialmente que tuvieron que hacerlo por culpa del virus.
“¿Por qué llorar?, el amor así, como viene se marcha. No hay solución, sólo queda el recuerdo y alguna canción”, versa El pasadiscos.¡Vaya recuerdo, vaya canción!
Esa letra no deja de repetirse ahora que se fue Diego Verdaguer, al que sentirán más cerca que nunca cuando cante a sus oídos que “ella seguía escuchando en el disco mi voz, quise acercarme a su lado para sonreírle. Vi que lloraba bajito por esa canción”. Y seguirán llorando bajito.