En algunos jóvenes prolifera la idea de que los directores veteranos ya deben jubilarse. Consideran que están viejos, es decir, caducos. Adjudican a su edad, por mero prejuicio, que no tienen nada por contar, o en su defecto puras historias para adultos mayores. Una percepción muy lejana de la realidad.

Tal percepción hacia esos realizadores parte del instante que vivimos en materia cinematográfica. La generación actual de espectadores ha crecido con una incesante producción de películas sobre superhéroes, versiones live-action de películas animadas, franquicias de un personaje/adaptaciones de best sellers y remakes. En muchos de los casos, el público leal a esta oferta desestima otro tipo de contenidos, especialmente si son ajenos a los temas de su preferencia, o pertenecen al pasado.

Un motivo para rechazar a los cineastas de la vieja guardia también tiene que ver con la polarización nacida por el posicionamiento de esos directores respecto al entretenimiento de Marvel. Por ejemplo, Martin Scorsese y Francis Ford Coppola declararon que esos contenidos no son cine. Argumentaron que carecen de revelaciones y riesgos, además de nulo carácter confrontativo a nivel emocional.

Esas posturas no cayeron nada bien en los fans de las películas de superhéroes, quienes de inmediato reaccionaron con descalificaciones hacia estos directores, tildándolos de “viejitos”, dándole una connotación de arcaicos y sin nada que aportar en la actualidad. Pero esos realizadores, junto a otros legendarios, siguen activos. Todavía tienen mucho por contar.

Ridley Scott

¿Se pueden hacer dos películas en menos de 12 meses con 83 años a cuestas? Sí, sí se puede. Así lo demostró este caballero británico con The Last Duel y House of Gucci. Si siguen buscándolo para ser el encargado de contar esas historias es porque sabe hacerlo. Desde la década de los setenta hasta la fecha, no descansa. Es uno de los personajes de la industria cinematográfica que se reinventa constantemente con el aprendizaje de cuestiones técnicas para plasmar su visión artística.

Martin Scorsese

Con plena confianza en el mexicano Rodrigo Prieto, su cinefotógrafo de cabecera, el cineasta neoyorquino se aventuró a filmar un arriesgado western. Actualmente en postproducción, Killers of the Flower Moon se adentra en una serie de crímenes registrados a principios del siglo XX por la disputa del petróleo en Estados Unidos. Con 79 años encima, el viejo lobo de mar podría ver estrenada su película en 2022, perfilada a ser una de sus grandes obras.

Francis Ford Coppola

Cierto, desde hace 10 años no hace una película. Con Twixt, su último filme, no le fue nada bien, pero eso no es indicador para decir que ya debe hacerse a un lado. Si algo caracteriza al realizador de The Godfather y Apocalypse Now es el oficio, por lo que no se le puede ignorar. A sus 82 años de edad prepara Megalopolis, un ambicioso proyecto de ciencia ficción que tiene planeado desde la década de los ochenta.

Clint Eastwood

Con 91 años de edad, el eterno vaquero de pocas palabras se mantiene lúcido a su edad frente y detrás de cámara con Cry Macho. Desde hace una década, un sector del público ha venido retirándolo, no obstante, el señor continúa filmando. Estar en su casa para disfrutar la tranquilidad y dormir, no va con él. Necesita la energía de un set para mantenerse vivo. El entrañable hombre rudo de la pantalla no descansará hasta que su corazón diga “Hora de reposar para siempre, Clint”.