En el último tiempo Netflix se ha caracterizado por ser una de las plataformas con más contenido de calidad en su catálogo. Sin embargo, a veces las cosas pueden fallar y eso, evidentemente, sucedió con FUBAR. La nueva serie de Arnold Schwarzenegger llegó a la plataforma este 25 de mayo y, a pesar de que mis expectativas sobre esta historia eran demasiado altas, terminé completamente decepcionada. 

A decir verdad, ¿quién no disfruta a Arnold Schwarzenegger lleno de acción? Y FUBAR fue vendida así: una serie de acción y comedia con el actor como su personaje principal. Pero, de todas formas, su interpretación no funciona, la historia tampoco y la producción en general mucho menos. 

En FUBAR Schwarzenegger le da vida a Luke Brunner, un experimentado agente de la CIA que está a punto de retirarse, pero cuando su jubilación entra en marcha, la agencia lo vuelve a necesitar para rescatar a un agente encubierto que se encuentra en problemas porque el vínculo de Brunner con el líder de la banda criminal puede ayudar al agente de la CIA a salir sano y salvo de dicha operación. 

Sin embargo, en el proceso de este rescate, Luke descubre secretos familiares y, mientras ve cómo su relación con su hija se destruye en el proceso, se encarga de terminar sus trabajos en la agencia. Y, a pesar de que la historia no es una innovación para una serie, podría haber funcionado a la perfección si el resto encajaba al mismo nivel de la trama. 

Más allá de que se trata de una historia que bien podría resultar atrapante, con dos frentes bien definidos: la familia y el trabajo, no genera el punto de interés necesario. Si bien sí mantiene cierta intriga, en especial al final de cada capítulo donde evidentemente el cierre es suficiente para lograr que el espectador quiera ver otro episodio, no alcanza. Esto es, más que nada, porque no hay fluidez, las actuaciones son decepcionantes y la puesta en escena es aún peor. 

A pesar de que ver a Arnold Schwarzenegger trabajando en acción siempre es gratificante, sus 75 años le jugaron en contra en esta ocasión. En varias escenas no sólo se nota su sobreactuación, sino lo flojos que son, los momentos de acción. Y eso, sin dudas, es lo que deja la pauta de que ya no está para este tipo de papeles. 

De todas maneras hay que destacar que en el costado cómico que tiene su personaje consigue hacer un equilibrio. Las fallas al nivel de acción no quedan tan evidentes cuando una metáfora o un mal chiste se interpone en el guion porque logra distender al espectador de esta forma. Por otro lado, quien sí supo hacer un equilibrio entre la comedia y la acción es Mónica Barbaro

La actriz le da vida a Emma, la hija de Luke y, para actuar al lado de un ícono de los 80 de este género, ha conseguido estar a la altura. Si bien el desarrollo de la serie no es favorable para la construcción de un gran personaje como el que ella encarna, hace su mejor esfuerzo y lo consigue. Porque es ella quien le da dinamismo a la trama. 

Por su parte, en lo que se refiere a locaciones, sin dudas Netflix ha dado lo mejor de sí y de su presupuesto para que la producción tenga distintas escenas en diferentes partes del mundo. Pero, aún así, la edición no ha sido del todo favorable para el nivel de su puesta en escena perdiendo así la credibilidad de las escenas de acción. 

De todas formas hay que destacar que en sus ocho episodios, los cuales conforman la primera temporada, FUBAR ha hecho una aceptable combinación de drama, acción y comedia. Y, más allá de sus notables fallas, es una serie que marca el regreso de Arnold Schwarzenegger de una manera agradable y que encontró la fórmula perfecta para que, en cada episodio, se decida continuarla.