El pasado 23 de noviembre Netflix sorprendió a sus espectadores con el estreno de Merlina, una serie basada en la vida de esta integrante de la tan conocida Familia Addams. Aunque, en esta ocasión ella es la única protagonista de esta comedia dramática que ya encantó a miles de personas. La ficción es un completo furor alrededor del mundo debido a su emocionante y atrapante historia que dejó a los fanáticos con ganas de más.
Esto se debe a que ahora se la muestra a Merlina con un intrigante tono sobrenatural en sus años como estudiante de la Academia Nunca Más. Ella debe dominar su habilidad psíquica, frustrar una ola de asesinatos que aterroriza a Jericó y resolver un misterio que involucró a sus padres hace 25 años. Esto, claro está, mientras lucha con sus difíciles relaciones en el instituto al que fue por obligación de Morticia y Homero.
Eso sí antes que nada Merlina está obligada a acostumbrarse a su nuevo Instituto al cual llegó luego de ser expulsada de escuelas normales. Tal es así que ante la desesperación de la joven por escapar, sus padres deciden no dejarla sola: Dedos se queda con ella. En esta ocasión el tan conocido miembro de la familia Addams es interpretado por Víctor Dorobantu y, a pesar de que no tiene rostro, es parte fundamental de esta ficción.
Sin embargo, es evidente que a pesar de que no tiene guiones, más que mover sus dedos, este es el personaje más difícil de todo el drama. Pues, Víctor Dorobantu ha tenido que rodar, durante los ocho episodios de la primera edición, recostado sobre el piso o en cuclillas y, por lo visto, no fue nada fácil. Así es cómo Netflix lo ha dejado en evidencia a través de su cuenta oficial de Instagram.
Mediante una galería de imágenes se vio a Dorobantu participando en distintos momentos del rodaje. En todos ellos el actor se sometió a estar bajo un traje azul, en una carreta mientras caminaba con su mano y, además, a estar tirado en el suelo mientras Jenna Ortega se mostraba a su lado. Sin dudas uno de los trabajos más importantes, pero complicados de toda la ficción: lograr un efecto tan atrapante como el de una mano caminando sola.