Entre las mejores series de Amazon Prime Video, se destaca Fleabag. Creada por Phoebe Waller-Bridge, la ficción presenta a una mujer tan irónica como sexual que afronta la vida moderna en Londres. Mientras que intenta sanar un duelo, se relaciona con personajes de lo más hilarantes. En la última semana, los fanáticos comenzaron a hilar teorías de que muy pronto llegara con una tercera temporada. Es por esto que repasamos los mejores momentos hasta ahora.

+ Los mejores momentos de Fleabag

4. No creo en Dios

En el segundo episodio de la segunda temporada, el personaje de Phoebe Waller-Bridge visita en la Iglesia al sacerdote interpretado por Andrew Scott. Luego de que él le invitara un té, que más tarde se convierte en un gin tonic, ella confiesa: No creo en Dios”. Acto seguido, un cuadro colgado en la pared trasera cae al suelo, por lo que él exclama: “Me encanta cuando hace eso”. Así es como llega una de las frases más icónicas de la serie en la que, mirando a la cámara, la mujer protagonista asegura: “Oh, Dios, me gusta un sacerdote”.

3. Malas feministas

En el primer episodio de Fleabag, conocemos a Claire, su hermana interpretada por Sian Clifford. Ambas asisten a un evento feminista titulado Hablan las mujeres: Abriendo la boca de las mujeres desde 1998. En el comienzo, la moderadora invita: “Por favor, levanten sus manos si cambiarían cinco años de su vida por el supuesto cuerpo perfecto”. Las dos hermanas protagonistas levantan su brazo de inmediato, siendo las únicas en el salón que lo hacen. Somos malas feministas, concluyen.

2. Consiguió su momento

El inicio de la segunda temporada es una clara evidencia de que los siguientes episodios están cargados de humor e ironía. En ella, Fleabag aparece cubriendo el embarazo que su hermana acaba de perder y haciéndolo pasar como propio. Luego de que su cuñado asegurara que solo lo hizo para llamar la atención y “conseguir su momento”, ella lo golpea montando un escándalo en el restaurante.

1. La cuarta pared

Uno de los recursos que convirtió a Fleabag en una de las mejores series de comedia de los últimos años fue su particular modo de “romper la cuarta pared”. Es que su protagonista se encarga de hablar a cámara, acercando aún más al espectador. Pero en el cuarto episodio de la segunda temporada, todo da un giro inesperado cuando el sacerdote de Andrew Scott descubre qué es lo que está haciendo y él mismo mira a la cámara.