Inspirada en la famosa serie televisiva estadounidense I Love Lucy, protagonizada por Lucille Ball y Desi Arnaz, la sitcom mexicana Todo por Lucy llega como uno de los nuevos contenidos a Amazon Prime Video. Pero no se trata de un remake, sino una comedia de situaciones basada en el perfil del éxito de la década de los cincuenta.

 

Así nos lo hace saber Andrés Zuno en entrevista. El actor comenta que difícilmente se puede emular el programa original porque todo ha cambiado desde 1950 a la fecha. Desde la forma de hacer televisión hasta los temas que se abordan en guiones actuales, se ha replanteado el humor para contar historias.

Zuno interpreta a Esteban, un homosexual que vive con su pareja y es vecino de Lucy. En este sentido, el actor refiere que son personajes con conflictos comunes y aspectos personales que no se tocaban con anterioridad. Puntualiza que al hacerlo se abre la posibilidad de elaborar una comedia más pensada y no aquella que prioriza el chiste por el chiste forzándolo. 

Entrevista con Andrés Zuno, Esteban en Todo por Lucy

Recientemente Aaron Sorkin dirigió Being the Ricardos, película en la cual Nicole Kidman y Javier Bardem interpretan a Lucy Ricardo y Ricky Ricardo respectivamente, personajes principales de la serie I Love Lucy. ¿Viste esa serie televisiva cuando te cayó el guion de Todo por Lucy?

Sí. En lo personal, sí. Hablo por mí. Durante mi niñez estaba en el disco duro de algunos adultos el nombre de Lucille Ball y su particular estilo de actuación y de comedia, que era una comedia muy física, por lo que era difícil no tenerla presente o no ubicarla. 

I Love Lucy y Lucille Ball son dos referentes constantes a lo largo de décadas para hacer comedia en Estados Unidos. En Will & Grace hicieron un homenaje a la serie. Pretty Woman también tiene una escena icónica de esa serie. 

Cuando me invitaron a hacer Todo por Lucy, me eché un clavado en I Love Lucy para entender por qué era nuestro punto de partida. Los mexicanos y los latinoamericanos quizá no dimensionamos la importancia de I Love Lucy como referente en la comedia de situación y de todas las sitcoms que se han hecho a lo largo de varios años. Vi los capítulos que nosotros íbamos a tomar como referencia.

Esto no es un remake, no pretende serlo y no podría suceder por muchas razones. Para empezar, nos queda muy alejado en tiempo y espacio, ¡son 70 años! Es una cultura diferente, la televisión que se hace ahora es distinta y en nuestra naturaleza latina no hay algo que se refleje con lo que vimos en una serie netamente estadounidense. 

A partir de algunas premisas y anécdotas de I Love Lucy aterrizamos en imaginar cómo sería la vida de esos personajes en la actualidad con todas las diferencias que eso implica. Muchas de las cosas que se mencionan o suceden en esa serie, hoy serían canceladas, por ejemplo.

Para ti como actor, ¿qué representa actuar en una sitcom? ¿Qué tan difícil o fácil es hacer comedia en ese género?

La sitcom estadounidense es un género que por naturaleza no nos toca. Para decirlo en palabras ordinarias: no es algo que mamamos como espectadores. No es parte de nuestra cultura popular, nosotros crecimos con otro tipo de contenidos y de comedia. 

Nos resulta ajeno pero fascinante porque tenemos en un pedestal a los contenidos que se hacen en Estados Unidos. Decimos que ellos sí lo saben hacer, que lo hacen maravilloso. Y sí, han logrado una maestría en este género para hacer cosas maravillosas que trascienden años, generaciones, idiomas. Tenemos los casos de Friends, Will & Grace.

Son series que hemos querido replicar y hemos muerto en el intento por querer imitar algo que de manera natural no se nos da. En México, la comedia ha tendido a irse por el chiste fácil, el albur. Si nos remontamos a I Love Lucy, la comedia de Lucille Ball era física. La expresividad y la manera de contar historias radicaba en el poder que tenía su rostro. Ya no digerimos tan fácilmente esos estilos.

Hoy hemos tratado de generar una ficción que se acerque más a lo que vivimos en la actualidad. No morimos en el intento de desarrollar y plantear una sitcom muy de nosotros. Tiene un poco del género con toque estadounidense y otro tanto del humor latinoamericano. Digamos que es una especie de híbrido con identidad propia.

Hay un error en el que caemos los actores y el público. ¿Cuál? En el momento que escuchamos comedia inmediatamente la relacionamos con la risa y el chiste. Pero no va por ahí. La comedia de situaciones, tal como lo dice su nombre, está en las situaciones. Ante ciertas eventualidades, los personajes reaccionan en función de su personalidad. Es la veracidad de los personajes lo que nos puede llevar al humor.

Tu personaje de Esteban es un homosexual amanerado porque así es su naturaleza, es su forma de ser. No exagera sus expresiones, simplemente las manifiesta. ¿Cómo trabajaste tu personaje?

Cuando me plantean el personaje de Esteban, mi reacción inmediata fue: “ash, otra loca”. Pensé que querían que hiciera otro personaje que joteara (sic), que dijera puras cosas chistosas y que pronunciara las frases que ya todos conocemos. Este tipo de personajes han sido la tendencia porque se burlan de ellos, son motivo de escarnio, los ridiculizan y caricaturizan. Lo han tratado como chistosos porque son homosexuales y amanerados. Pero eso no es chistoso.

Al principio me quise alejar de este tipo de estigmatización. Después lo pensé de forma profunda y concluí que quería hacer a Esteban como un personaje con características orgánicas, naturales, y que no tuviera que caer en lugares comunes para ser chistoso. Quería que fuera una persona cómoda en su piel y sin ningún freno. Quise hacerlo desde un lugar honesto. Mi intención era lograr un personaje que no tuviera recelo en ser como es sin clichés, sin estereotipos.