Entre las series de Netflix en tendencia hoy, se posiciona una que ya acumula tres temporadas. Se trata de Sex Education, que renovó para una cuarta entrega y que supo convertirse en el tema de conversación de los jóvenes gracias a las temáticas que aborda a lo largo de sus episodios. Pero aunque su trama es verdaderamente interesante, hay otros detalles que esos espectadores no dejan pasar. Uno de ellos tiene que ver con las casas en las que viven los personajes de la ficción.
Ubicadas en el valle de Wye, buena parte de los hogares que aparecen en Sex Education están rodeadas por un bosque que les permite transitar con tranquilidad en bicicleta y así llegar a su punto de encuentro de cada día: la secundaria Moordale. Sin embargo, no fue donde están situadas lo que llamó la atención de los usuarios de la N roja, sino más bien lo imponentes que son cada una de las viviendas y su valor real.
Según la investigación que llevó adelante WeThrift, tomando el promedio por metro cuadrado de las viviendas y sumándole un porcentaje por la popularidad que adquirieron gracias a su exposición en el gigante del streaming, las casas pueden superar los 40 millones de libras esterlinas. De todas las residencias que figuran en la serie protagonizada por Asa Butterfield y Emma Mackey, es justamente la casa de Maeve la más económica: ubicada en Sterrett’s Caravan Park en Symonds Yat su valor es de 37.750 libras esterlinas.
En el ranking continúa la casa de Eric (Ncuti Gatwa) que, a pesar de ser una de las más baratas, tiene una gran diferencia con el precio del hogar de Maeve. Su costo es de 187.177 libras, y su valor tiene que ver con su ubicación: está en Wye Valley, en Old Farm House Mew. Por su parte, Aimee Gibbs (Aimee Lou Wood) vive en una mansión en Bigsweir House, quw limita la frontera entre Inglaterra y Gales y vale unos 1,5 millones de libras esterlinas.
El podio continúa con una de las favoritas del público y la que más ha quedado en la memoria de los suscriptores de Netflix. Se trata de la casa de Jean (Gillian Anderson) y Otis, que sale al menos 2.927.925 libras y que, a pesar de tener 100 años de antigüedad, es de lo más maravillosa. Por último, el edificio más caro en la vida real es la propia Escuela Moordale, valuada en 43.740.580 libras: está en la Universidad de Gales, tiene ladrillos del siglo XX y una torre con un reloj.