Better Call Saul se encuentra en su tramo final después de estrenar el capítulo 11 de su sexta y última temporada en el servicio de streaming Netflix, el cual continuó con la vida de Gene Takavic en el presente de la línea temporal de Breaking Bad. Como era de esperarse, hubo transiciones con el pasado también, donde conocimos los siguientes pasos de Jimmy McGill con su ex esposa, Kim Wexler, y dejaron un encuentro inolvidable para los fanáticos.
Una gran parte de este episodio, titulado “Riego de lágrimas”, estuvo centrado en Kim tras alejarse de Jimmy, ahora convertido en Saul Goodman. El programa nos lleva al presente, donde está viviendo enPalm Coast Sprinklers, Florida junto a una pareja, pero constantemente notamos que no está para nada satisfecha con su vida. Anteriormente se había dado a conocer que estaba con vida, y ahora sabemos que trabaja en una oficina, donde Gene se comunica con ella.
En el capítulo anterior habíamos visto a Takavic teniendo una conversación que la audiencia no pudo escuchar. Ahora se ha revelado en detalle que conversaba con Kim, con intenciones de ponerse al día después de tanto tiempo. Sin embargo, la respuesta de Wexler fue el silencio y le sugirió que debía entregarse a las autoridades, a lo que el personaje de Bob Odenkirk le aclara que ella es quien siente culpa de lo sucedido en el pasado, haciendo un click en su cabeza.
Ante esto, Kim decide regresar a Albuquerque para confesarle a Cheryl, la esposa de Howard Hamlin, que su marido no se había suicidado, si no que lo habían asesinado después de sus estrategias que lo llevaron a un destino desafortunado al estar “en el lugar y momento equivocados”, según sus palabras. Tras este encuentro, emprende su viaje de regreso, sin antes romper en llanto en el autobus al expulsar el sufrimiento de años.
+El crossover que sorprendió a los fans
En el inicio del capítulo adelantaron el encuentro entre Saul y Kim para firmar los papeles de divorcio, por lo que ella se dirige a su estudio amablemente y se enfrenta a una persona que solo esconde sus verdaderos sentimientos detrás de los trajes llamativos. “Ten una buena vida, Kim”, fue lo último que escuchó el personaje interpretado por Rhea Seehorn y salió del lugar a fumar un cigarrillo.
Mientras enciende el cigarrillo, la cámara se mueve lentamente y de fondo se observa a una persona que le pregunta si le regala uno. Si bien su voz ya lo delataba, al acercarse observamos que se trata de nada más y nada menos que Jesse Pinkman. Allí mantienen una amistosa conversación y él finalmente le pregunta si Saul Goodman es un buen abogado, a lo que Kim responde: “Cuando lo conocí, lo era”, y se aleja bajo la lluvia a modo dedespedida de Better Call Saul y de una bienvenida para Jesse en el universo de Breaking Bad.