En tan solo unas horas Netflix sumará a su catálogo Pipa, la tercera y última película de Luisana Lopilato interpretando a Manuela Pelari. Esta producción argentina cuenta con dos entregas anteriores: Perdida y La Corazonada. En estos dos largometrajes se relata la historia de la protagonista y cómo llegó a estar donde está ahora. Pero, en esta nueva creación y la culminación de su drama, hay un claro cambio de personalidad en el personaje principal. 

Pipa está ambientada diez años después de La Corazonada. En esta ocasión Manuela, tras notar las dificultades de ser honesta como policía, se encuentra alejada de la fuerza y ahora reside en el Norte de Argentina con su tía, Alicia. Allí vive de criar a su hijo, Tobías, un adolescente en la etapa de rebeldía, hasta que la aparición de un cadáver revive su pasión por la investigación. Aunque, allí se meterá una vez más en terrenos peligrosos y que la podrían volver a hundir. 

Sin embargo, en este punto de la historia, Pipa no solo narra las injusticias de Buenos Aires, sino que se enfoca en las que muchas veces son pasadas por alto en las distintas provincias de Argentina. Es que, la película hace un recorrido por el norte del país no sólo mostrando un gran nivel de producción a la hora de plasmar la belleza de las distintas locaciones, sino también a la hora de narrar las situaciones que muchos ignoran. 

Es decir, ahora, Pipa llega con un mensaje político haciendo referencia a la poca importancia que se le da a los pueblos originarios de Argentina y, cómo, en varias ocasiones se abusa de ellos y sus tierras. Pues, gracias a su exquisita narrativa han conseguido dejar esto en evidencia. Eso sí, hay que destacar que más allá del mensaje que el film pueda dejar, hay algunos momentos en los que resulta predecible y hasta un poco lenta su manera de contar la trama en general. 

De todas formas, este detalle que transforma a Pipa en una película larga se puede remontar con el gran trabajo de sus protagonistas. Claro está, Luisana Lopilato consiguió darle un giro inesperado a su personaje mostrando una personalidad completamente distinta. Aunque, cuando la investigación de un asesinato se interpone entre ella y su tranquilidad, sale a flote la Manuela Pelari ya conocida y, es justo ese cambio radical el que hace de su interpretación algo sorprendente. 

No obstante, quien más sobresale del elenco es Malena Narvay. La joven actriz interpreta a Mecha, la hija de la familia más millonaria de La Quebrada, donde transcurre la cinta y quien en realidad tiene una vida alejada de la tranquilidad. Con un romance no deseado y uno imposible, le toca vivir de las apariencias guiada por su madre (Inés Estévez) y es, por lejos, la mejor de las interpretaciones. Este personaje no sólo muestra un semblante serio cuando tiene que tenerlo, sino que además evidencia su debilidad y su interés por ser una chica más. Sin dudas, uno de los mejores trabajos de Narvay. 

Por su parte, Mauricio Paniagua, quien llega a Pipa como el oficial Jerez y el interés amoroso de la protagonista, ha sorprendido con su trabajo. Pues, le toca dar vida a un representante de la comunidad Kolla sin serlo, por lo que se ha introducido a un mundo desconocido, pero con el que logró conectar. De hecho, el actor consigue hacer creíbles sus orígenes y eso es gracias a su talento. 

Es decir, Pipa es una gran película para poder disfrutar en Netflix a pesar de sus pequeñas fallas en la fluidez de la historia, la trama es atrapante y este film puede convertirse en un contenido digno para pasar el rato. Pues, las producciones Hechas en Argentina no paran de crecer y se han convertido en las favoritas.