Pasan los años, pero Tom Hanks siempre tiene la forma de demostrar que es uno de los actores más icónicos de Hollywood. Ahora suma a su extenso repertorio Un vecino gruñón, un film que acaba de llegar a los cines y es, literalmente, la máxima expresión sobre la depresión y el suicido. Con una mezcla de histrionismo sarcástico y profundo sentimiento el actor da su mejor versión dejando al espectador con una combinación de emoción y diversión. 

Un vecino gruñón sigue la vida de Otto, un hombre que vive en una residencia de Estados Unidos, pero tiene una vida arruinada tras la muerte de su esposa. Por eso su único objetivo siempre es juzgar, criticar, despreciar al prójimo e irritarse por cualquier cosa. Tal es así que muchos de sus vecinos no lo consideran mientras que otros, de igual forma, lo quieren como parte de su comunidad. 

Sin embargo, cuando una familia mexicana llega a la residencia donde vive Otto y se muda justo en frente de su casa, todo cambia. Marisol, una mujer embarazada, madre de dos hijas y con un bebé en camino y su esposo, Tommy, se han convertido en el mayor sostén de él. Más allá de que en un principio no son aceptados por el protagonista se convierten en su familia, la que a él le falta. 

Tom Hanks en Un vecino gruñón. Foto: (Sony Pictures)

Tom Hanks en Un vecino gruñón. Foto: (Sony Pictures)

Y ahí es donde entra en juego la profunda actuación de Tom Hanks. En la primera mitad de la película el actor muestra un personaje deprimido, decidido a terminar con su vida. Sin dudas la descripción perfecta de un anti héroe, aunque querido por todos. Pero luego cuando conoce a esta familia latina todo se transforma debido a que son su opuesto, pero al mismo tiempo lo complementan con su alegría, inocencia y torpeza. 

Por otro lado Manuel García Rulfo y Mariana Treviño hacen lo suyo con su nivel de inocencia, desinterés por todo, pero preocupación con respecto a su vecino amargado. No obstante, más allá de las actuaciones, si hay algo que ha sobresalido de la película es la forma en la que manejan sus discursos sobre la depresión y el suicidio. En ningún momento le quitan importancia a estos hechos ni a la salud mental o al proceso de duelo

Otto y Marisol. Foto: (Sony Pictures)

Otto y Marisol. Foto: (Sony Pictures)

De todas maneras le agregan a todo el drama y a la narración una fluidez necesaria a base del humor sarcástico llevando así a que la victimización del protagonista sea empática, pero desde otro punto de vista. Es decir, entre otras palabras, Un vecino gruñón no es un reflejo de la soledad, el duelo o la depresión tras una pérdida, sino de cómo el amor y la buena predisposición siempre forman parte de un proceso de sanación. 

Es por eso que Tom Hanks sabe hacer un gran paralelismo jugando con estos sentimientos al igual que sus compañeros de elenco Manuel García Rulfo y Mariana Treviño. Por lo que, sin dudas, Un vecino gruñón relata lo que, en muchas ocasiones, sucede con las personas mayores: cómo se levantan luego de un proceso cuando están bien acompañados y en familia porque, al fin y al cabo, con lo único que uno no puede luchar es con la muerte natural y ese es el mensaje más profundo que deja esta historia.