Después de su aparición en Saturday Night Live, Adam Sandler no tardó en comenzar a marcar su camino por el lado de la comedia. Con un toque de absurdo y muchos cambios de voz algo infantiles como sello, el artista hizo su carrera. Todo, gracias a la aparición de Billy Madison, el proyecto al que Universal le dio luz verde que se centró en la vida del heredero de una importante cadena de hoteles a quien su padre le prometió heredar la empresa siempre y cuando volviera a la escuela y pasara todos los grados.

De esta producción llamada Billy Madison en la que lo bizarro se hizo presente, hubo una secuencia en particular que al día de hoy seguimos recordando: la del dodgeball. En uno de los cursos, Billy y los niños son invitados a jugar con un balón a este deporte que consiste en golpear a los contrincantes para eliminarlos del juego. Está claro que el ser un adulto le daba cierta ventaja, pero si hay que destacar algo es cómo se rodó este proyecto.

Adam me llamó la noche anterior: ‘Tamra, mañana cuando hagamos la escena del dodgeball reúne a los niños y averigua quién está dispuesto a ser golpeado. Que se ofrezcan porque realmente voy a golpear a estos niños con la pelota. Asegúrate de tener su permiso’”, reveló Tamra Davis, la directora del film, a Mirá A quién Encontré. Originalmente, pensó que todo era una broma, pero luego fue convencida por el protagonista y guionista del film.

“Pensé que bromeaba, ‘Adam, estás loco’. Pero empezó a decir esto para convencerme de que hacerle doler a los niños era divertido. Lo decía en serio. Me dijo: ‘No, no. Desinfla el balón un poco porque les voy a pegar de verdad’”, destacó Tamra Davis. Además, señaló: “Cada vez que esos chicos eran golpeados, comenzaban a llorar. Cortábamos inmediatamente después”, para después completar que Sandler realmente “disfrutó” golpear “con todas sus fuerzas” a estos niños.

+Billy Madison casi fracasa

Hoy en día, Billy Madison es una película de culto. Sin embargo, el libreto estuvo cerca de quedar guardado en un cajón de Universal Pictures. Es que, originalmente, iba a ser dirigida por Stephen Kessler, un amigo de Adam Sandler. Sin embargo, en tres días de filmación el estudio se dio cuenta que algo no funcionaba y que la película no era graciosa. Por eso, contrataron a Tamra Davis que para salvar al proyecto decidió sumergirse en el mundo de Adam Sandler y darle rienda suelta para que se divierta, mientras ella se ocupaba de resaltar su ternura, para armar un combo infalible en una de las mejores comedias del actor.