Uno de los debates de la década del 80, que se extendió a principios de los 90, giró en torno a quién era la verdadera estrella de acción del momento. Allí aparecían íconos como Bruce Willis, gracias a Duro de matar, Jackie Chan o Tom Cruise. Pero si de referentes absolutos se trataba, las figuras principales eran Sylvester Stallone y Arnold Schwarzenegger. Rambo y Rocky, por un lado, Terminator, por el otro.

Cada uno de los dos íconos del cine de acción se encargó de hacer un sinfín de películas y esto hizo que, por supuesto, no todas fueran grandes obras de arte. Tanto en lo que respecta a continuar las sagas que los consagraron, como por el lado de protagonizar nuevas historias, en más de una oportunidad les tocó ser la cara principal de algún bodrio indefendible por, siquiera, el más fiel de los fans.

En el caso de Schwarzenegger se pueden nombrar producciones espantosas como Hercules en Nueva York, Conan el destructor, y tantas otras más. Pero si hay una que debe destacarse por sobre el resto, esa es Batman y Robin. Sí, puede ser que la producción que encabezó George Clooney sea mejor que varias de las que tuvieron al actor austríaco como protagonista, pero esto no opaca el hecho de que, aún con uno de los personajes más taquilleros de la historia como el Caballero de la Noche, hayan tenido semejante fracaso.

En Batman y Robin, dirigida por Joel Schumacher, Schwarzenegger se puso en la piel del villano, el famoso Mr. Freeze. Unido a Poison Ivy, se planteó como objetivo congelar la ciudad. Según se reveló, el actor llegó a cobrar 25 millones de dólares, ya que la idea del estudio en ese momento era que el nombre del villano fuera de mayor peso que el de su protagonista (George Clooney percibió tan solo un millón de dólares). Si quieres volver a ver esta muy criticada cinta puedes hacerlo gracias a HBO Max, ya que está dentro de su catálogo.

La decisión de Arnold Schwarzenegger de convertirse en actor

Como bien saben todos los seguidores de Arnold Schwarzenegger, el actor saltó a la fama inicialmente gracias a la enorme cantidad de concursos de fisicoculturismo que ganó. Sin embargo, llegó un momento que todo esto no fue suficiente. En una entrevista con Johnny Carson que dio en abril de 1984, el artista reconoció que fue el aburrimiento fue lo que lo empujó a buscar nuevas metas: “No había nada más a que aspirar”, señaló después de mencionar todo lo que había ganado. Allí contó que “estaba buscando nuevos desafíos” cuando recibió una llamada de Lucille Ball, quien le dijo que era “muy gracioso” y le ofreció su primer papel.