Hoy en día, Disney es una de las empresas más importantes del mundo. Prácticamente todo lo que tenga cierto carácter rentable es, por lo menos, evaluado por el estudio norteamericano que hace lo posible por quedárselo. Así fue como en su momento compraron Pixar, luego repitieron con Marvel y, finalmente, con 20th Century Fox. Queda claro que casi todo lo que se proponen en sus oficinas, tarde o temprano se hace realidad.

Sin embargo, hubo un pequeño David que le hizo frente a este Goliat de la industria cinematográfica. Un proyecto que logró mantenerse de pie aún cuando desde Disney hicieron lo imposible por boicotearlos. Estamos hablando de una película que incluso llegó a recibir una nominación a los premios Oscar, gracias a la interpretación de uno de sus actores, Willem Dafoe, que compitió como Mejor Actor de Reparto.

En 2017, The Florida Project llegó a las salas para mostrarnos el costado más oscuro de los parques de diversiones que Disney tiene en Orlando, Florida. Protagonizada por Brooklynn Prince, nos mostró a una niña y su madre, de clase baja, que viviendo de motel en motel se las ingeniaban para sostener una economía muy limitada a base de los pequeños negocios que podían realizar con los turistas, incluida la prostitución de la madre.

En una entrevista con Mirá A Quién Encontré, el director de fotografía Alexis Zabe reveló que una vez que Disney se enteró de esta producción, hizo todo lo posible por detenerla. “Al principio, tuvimos un conflicto. De hecho, por presiones de Disneylandia la ciudad nos revocó los permisos de filmación. La producción dijo, si nos revocan los permisos de filmación, el lunes publicamos en el New York Times hablando de censura y no sé qué... Entonces, de alguna manera, no tuvieron el valor de hacerlo. Nos devolvieron los permisos”, reveló.

+Por qué Disney no obstaculizó el estreno

Del mismo modo que Disney no quiso intervenir en el rodaje de The Florida Project, tampoco quiso iniciar acciones legales una vez que la película empezó su circuito por festivales. Ni siquiera después de que la producción filmara de forma ilegal el final, con algunos teléfonos iPhone dentro del parque de Orlando. “Creo que con el final pasó lo mismo. Una vez que la película estuvo terminada, Disney no la ve hasta que hizo su estreno en Cannes. Cualquier intento ahí se vuelve publicidad favorable para la película y negativa para Disney. De alguna manera los pusimos en (una encrucijada)”, reveló el director de fotografía.