Algunas voces sugieren leer primero sus libros antes que ver las películas. Otras consideran que no es importante seguir ese orden porque las diferencias no se notan mucho. De hecho, fuera de Estados Unidos, el acercamiento con Stephen King suele ser a través del cine mediante la adaptación de sus novelas. Y el primer contacto con el autor a través de la pantalla es con títulos de terror.

Hoy día es más amplio el debate sobre cuál de sus historias es más terrorífica. Durante una época, la discusión se centró principalmente en tres de sus obras: Carrie, The Shining (El resplandor) e It (Eso). Gracias a las adaptaciones cinematográficas que se hicieron de estos textos, las conversaciones giraron en torno a la delirante fiesta de graduación donde Carrie usa sus poderes para matar a los asistentes, la locura de Jack Torrance para querer asesinar a su familia y la perturbadora aparición de Pennywise en la regadera.

 

Pero, ¿dónde dejamos a Misery? Bueno, mejor dicho a Annie Wilkes, personaje que fue interpretado de forma extraordinaria por Kathy Bates en la versión fílmica. Este engañoso ser lindo y angelical también generó traumas. De entrada, nos enseñó a temer el orden de los objetos en una casa (especialmente pingüinos de porcelana), por lo que llegar a tocar cualquier artículo era motivo de miedo. Pobre de la persona que moviera un poquito una figura porque aparecía el diablo.

Y ese diablo era Annie, una mujer que también nos inculcó a amar nuestros tobillos, además de tenerle pánico a los martillos de gran tamaño. Gracias a ella varios chicos no durmieron por la pesadilla de verse atados a una cama, con retazos de madera junto a los pies y Kathy Bates sonriéndoles antes de quebrar sus extremidades de un martillazo.

Otros tantos hombres jóvenes comenzaron a ser quisquillosos y dubitativos con mujeres que se decían enamoradas de ellos ante la posibilidad de que fueran como Annie, es decir, obsesionadas con una persona. “Fíjate bien que no te vaya a salir como Kathy Bates”, solía expresarse a manera de broma en clara referencia al personaje que interpreta la actriz en el filme.

Dirigida por Rob Reiner y estelarizada por James Caan (Santino en The Godfather), la película le debe gran parte de su trascendencia a Kathy Bates, quien da vida a una enfermera que en realidad es una asesina serial con un fanatismo enfermizo por el escritor Paul Sheldon, al que secuestra y tortura para tenerlo bajo su yugo, para no compartirlo con nadie.

Distante de fuerzas sobrenaturales, monstruos y sangre, Stephen King permitió explorar el terror en Misery con algo tan temible como lo es el propio ser humano, que en este caso es el de un aparente ángel que en su interior oculta a un auténtico ente de maldad.

SI Pennywise emplea globos para atemorizar y Jack Torrance un hacha para desquiciar al público, Annie Wilkes requiere de un mazo industrial para robarse el sueño del espectador después de usarlo para quebrar tobillos. Y eso sí que causa horror.