James Bond tiene una importante galería de villanos que resultaron ser amenazas implacables a lo largo de sus más de 20 años en la pantalla grande. La versión del agente secreto interpretada por Daniel Craig enfrentó a una organización liderada por su hermano, Spectre, que tuvo incontables operativos actuando en contra de 007 ocasionándole más de una pérdida en el camino. 

Lo cierto es que el villano que finalmente enfrentó a James Bond en su última misión curiosamente no formaba parte de la organización criminal e incluso quería tomar venganza de esa entidad que fue responsable de la muerte de su familia y su desfiguramiento. Estamos hablando del siniestro Lyutsifer Safin, interpretado magistralmente por Rami Malek.

El villano subestimado

El actor venía de una entrada exitosa donde personificó al cantante y líder de la banda de rock Queen, Freddie Mercury. Aquella película, Bohemian Rapsody, le significó a Malek ganar el Globo de Oro y el Oscar como Mejor Actor. Seguramente esto lo catapultó a una fama mundial inapelable y lo puso en la mira de los productores de la película de James Bond: No Time to Die.

Safin es un químico que está en posesión de un arma tecnológicamente avanzada desarrollada por el MI6 que, a través de nanobots, intenta terminar con el daño colateral. Lamentablemente, ahora es un villano quien está en posesión de esa tecnología y será trabajo de James Bond evitar que haga algo con esta arma. 

Este personaje es cualquier cosa menos una muestra genérica de los antagonistas de Bond. Su frialdad está enmarcada por una personalidad introvertida, que va de la mano con una convicción tan fuerte, que concreta su venganza contra Spectre al mismo tiempo que logra secuestrar a James Bond y su hija para intentar completar su terrible plan de difundir el arma Heracles en el mundo entero. 

Finalmente, James Bond tendrá que hacer el sacrificio más grande de su carrera profesional para detener a Safin. El villano se ve a sí mismo como "un dios invisible", alguien que está dentro de la piel de las personas. La construcción de Malek es acertada y subestimada por la crítica que destacó No Time to Die como una buena entrada de 007 pero con un antagonista olvidable. ¡Nada más alejado de la realidad!