No se puede dudar del talento que Anthony Hopkins despliega en cada trabajo. Dos veces ganador del Óscar, gracias a lo hecho en The Silence of the Lambs hace 30 años, y ahora por su protagónico en The Father, cada trabajo del artista es hipnótico. Ya sea como el padre de Thor, como psicópata o como una persona mayor con demencia, Anthony da el 100%.

Sin embargo, parece que para él el cine ya no es lo que era y así se lo confesó a Alexis Puig en una entrevista realizada en 2014. Fue durante una sesión de prensa para promocionar Noah, el film encabezado por Russell Crowe que dirigió Darren Aronofsky. “No veo películas, para nada. Solía disfrutar las películas y ya no más”, dijo Anthony Hopkins. De hecho, reveló que ni siquiera había leído el guion completo de Noah.

Tras esta confesión, Anthony Hopkins fue consultado por lo que significaron sus papeles como Hannibal Lecter, un personaje icónico en la historia del cine. Sin embargo, para el dos veces ganador del Óscar, The Silence of the Lambs “fue solo una película más”. Su secuela, por su parte, “no fue importante, fue solo trabajo”

Según recordó Alexis Puig en el posteo de Instagram en el que compartió los fragmentos de la entrevista, Anthony Hopkins no tenía ánimos de contestar ninguna pregunta. “Obviamente la película que estaba promocionando no le gustaba, y ese día después de hacer dos entrevistas, entre las que estaba esta, el estudio decidió suspender el resto de sus encuentros con la prensa”, recordó el periodista.

La inolvidable escena de The Father que estrujó el corazón de la audiencia

Este año, Anthony Hopkins se quedó con el premio al Mejor Actor de los Óscars por lo hecho como Anthony en The Father, de Florian Zeller. El artista no estuvo presente en la desprolija ceremonia y agradeció al otro día desde sus redes por todo el afecto y el reconocimiento de su trabajo en un increíble drama humano que retrata la forma en la que la demencia afecta tanto a una persona como a quienes la rodean.

El diseñador de producción de la película, Peter Francis, contó que para hacer la inolvidable escena del final en donde Anthony le llora a su enfermera, desesperado, se hizo en tan solo dos tomas. “Puede encenderlo y apagarlo. Cuando actúa está completamente en personaje y tan pronto como dicen ‘corte’, ríe con el resto de la gente”, explicó el realizador que también remarcó que todos fueron muy “respetuosos” con el procesos de Hopkins de cara a dicha escena y que el silencio era tal que se “podía escuchar la caída de un alfiler”.