Simplemente no les parece gracioso. Existen mexicanos que no sienten atracción por el humor que desarrolló Mario Moreno ‘Cantinflas’, cuyo sello distintivo fue hablar mucho sin decir nada. A pesar de que han hecho el intento por acercarse a su estilo, no hay simpatía hacia su trabajo en el cine.

También estánaquellos cinéfilos que recurren a la comparación con Germán Valdés, ‘Tin Tan’, comediante que les parecía más completo y genuino que ‘Cantinflas’. Ese ejercicio de compararlos es una constante para definir quién ha sido el mejor a nivel cinematográfico en nuestro país.

En detrimento de Mario Moreno, sus críticos y detractores argumentan que entre sus personajes hay justificaciones y exculpación a personas cuestionables de la vida real, tales como funcionarios públicos, policías y sacerdotes. Que diera una imagen distinta a lo que la gente percibía de ellos en la realidad nacional fue un factor para guardar distancia con su filmografía, por ende con su quehacer humorístico.

Otro elemento que reprueban es el discurso moralista empleado como protagonista de historias que juzgan o condenan temas tabú de la época a través de secuencias o diálogos, por ejemplo: la homosexualidad, la unión libre y la liberación sexual. En este sentido, dichas posturas tuvieron su presencia durante el periodo de sus películas a color.

Opiniones consideran que la transición del cine de blanco y negro a color fue devastador para ‘Cantinflas’ con relación al público, sobre todo por el aprecio que le tenían a su personaje del peladito gracias a filmes como Ahí está el detalle, considerado incluso uno de los mejores en la historia cinematográfica de México.

Al paso del tiempo, pese a ser un consentido del grueso de la población y con fans en el extranjero, ‘Cantinflas’ no vive en el corazón de todos los mexicanos.