Si de sagas adolescentes se trata, hay una que consiguió destacarse sobre el resto en la última década. Hablamos de Crepúsculo, la adaptación inspirada en las novelas de Stephenie Meyer, que funcionó como un trampolín para Kristen Stewart y Robert Pattinson. Es que, aunque no eran tan conocidos en ese entonces, el fenómeno juvenil les permitió ganar popularidad a nivel global, así como nuevos y desafiantes papeles en cine. Pero esto podría haber sido distinto con la presencia de otra estrella.

Se trata de Taylor Swift, una de las artistas más queridas por la audiencia adolescente. Si bien se ha desempeñado principalmente en la industria musical, también le ha dado una oportunidad a la actuación. Valentine’s Day, The Lorax, The Giver y Cats fueron algunos de los proyectos cinematográficos en los que ha mostrado una faceta completamente diferente. Al parecer, en su filmografía podría haber figurado un cameo en la saga de Bella y Edward.

Así lo hizo saber Christ Weitz, el director de Luna Nueva, la segunda cinta de la saga Crepúsculo. El cineasta visitó el podcast titulado The Twilight Effect with Ashley Greene and Melanie Howe, en donde la actriz que le dio vida a Alice Cullen ocupa el lugar de presentadora. En una conversación distendida acerca de la experiencia de crear una famosa adaptación, Weitz deslizó el dato que rápidamente llamó la atención de los swifties.

Una de las experiencias más locas fue escuchar que Taylor Swift era una gran fanática de la franquicia. En ese entonces, ella y yo teníamos el mismo agente. Él me dijo: “A Taylor le gustaría estar en la película, no por tí, sino porque es una gran fan. Podría ser alguien en una cafetería o en un restaurante, lo que sea. Solo quiere estar en la película’”, explicó el director de New Moon, dejando en claro que se trataba de un deseo de la cantante, quien simplemente quería presenciar el film como extra.

De todos modos, Christ Weitz tomó la decisión de dejar fuera del reparto a la compositora de All Too Well. En el marco de la entrevista, sostuvo: “Lo más difícil para mí era pensar que en el momento en que Taylor Swift entrara en pantalla, durante cinco minutos, nadie podría procesar nada. A mi también me molesta esa decisión, podríamos haber sido amigos. Ella debe haber estado como: ‘¿Quién es este idiota?’”. El director concluyó: “A veces tomas decisiones pensando que esto es lo mejor para la película”.