En 2018 fue la última boda real que la monarquía británica celebró: el Príncipe Harry contrajo matrimonio con la actriz estadounidense, Meghan Markle. Sin embargo, su unión marital, a pesar de haber sido muy llamativa, no logró superar a la de la Reina Isabel II y Felipe de Edimburgo, la cual se dio en 1947. Los Reyes, en aquél entonces, lograron una unión difícil de igualar. 

Pero, en 1962 la Reina Sofía y el Rey Juan Carlos de España, quienes en ese entonces no eran más que dos príncipes, terminaron por conquistar las bodas reales. Superando cada expectativa, mientras el país de habla hispana se encontraba bajo la dictadura de Francisco Franco y ella era la hija de un Rey reinante, los novios dieron el “sí quiero”. 

El 14 de mayo de 1962, hace ya 59 años, los actuales Eméritos contrajeron matrimonio. Por aquél entonces, Doña Sofía era la hija mayor del Rey Pablo I de Grecia, mientras que Don Juan Carlos era el aprendiz de Francisco Franco, dos jóvenes de “sangre azul”, pero con ciertas diferencias. Aunque, a pesar de todo, la prensa griega no dudó en catalogar este vínculo como “una boda de cuento de hadas”. 

Un Príncipe sin trono, rubio, apuesto y desenfadado eran las características que le correspondía al Rey Juan Carlos y la entonces Princesa Sofía, una joven algo tímida, concienzuda y discreta. Así fueron definidos los padres de Felipe VI antes de dar el “sí quiero”. No obstante, más allá de cada diferencia en cuanto a personalidad, también había una que trajo más de un problema: las religiones eran completamente distintas. 

Tal es así que el Rey Juan Carlos y Sofía tuvieron que celebrar dos uniones: la ortodoxa y la católica. El fin de esto era que los padres de ella, Pablo I y Federica de Hannover no querían que su hija perdiera sus derechos al trono en el caso de convertirse en católica. Y, los Condes de Barcelona, padres de “Juanito”, exigían que la boda fuera católica. 

Ante esto, la única solución que encontraron fue reunirse dos veces. El mismo 14 de mayo, los Eméritos se casaron por el rito católico en la catedral de San Dionisio y, para cumplir con el ortodoxo, se trasladaron a la catedral de la Anunciación de Santa María. Eso sí, también tuvieron que realizar dos paradas intermedias en el Palacio Real de Atenas para firmar dos bodas civiles, el acta matrimonial griego y el español

Asimismo, tanto despliegue que se realizó para que el Rey Juan Carlos y la Reina Sofía se casen, terminó con ellos dando un paseíllo por Atenas para saludar a sus súbditos que se habían amontonado en las calles. Este mismo público también tuvo la posibilidad de disfrutar de los 143 miembros de las distintas casas reales que se hicieron presentes en la boda desfilando por Atenas para ir a cada encuentro.