Hoy en día nos resulta sencillo reconocer quienes son las grandes promesas de Hollywood. Es que hay actores que conquistan en cada uno de sus proyectos y que año a año demuestran que aún tienen una importante carrera por delante. Pero… ¿Qué pasaría si todo eso se acabara de un día a otro? Así ocurrió con Anton Yelchin, el intérprete que se perfilaba para ser una de las destacadasestrellas del cine pero que falleció años atrás en un accidente que conmocionó al mundo.

Anton Yelchin en la presentación de Terminator Salvation en 2009 (Getty).

Anton Yelchin en la presentación de Terminator Salvation en 2009 (Getty).

Nacido en Rusia en 1989, creció junto a sus padres Víktor Yelchin e Irina Korina, dos figuras del ballet sobre hielo. Pero su reconocimiento incluso en los Juegos Olímpicos, no evitó que su familia judía fuera sometida a la opresión política y religiosa. En este sentido, con solo seis meses de vida, Anton y la pareja de artistas viajaron a Estados Unidos como refugiados del Departamento de Estado. Allí, continuaron desempeñándose en aquella disciplina y fomentando la importancia de estas expresiones artísticas a su pequeño hijo.

Él incursionó en la fotografía, en la guitarra y hasta formó parte de bandas musicales, pero lo cierto es que descubrió a los nueve años cuál era su verdadera pasión. “De lo primero de lo que tengo noción es que decía que quería hacer películas”, explicó en una entrevista que se replicó en el documental biográfico Love, Antosha. Y aunque no fue hasta 2007 cuando comenzó a estudiar cine en la Universidad del Sur de California, mientras tanto aprovechó su talento para mostrarse como actor.

Su primera aparición fue enE.R. Emergencias, en 2000, y desde ese momento participó en numerosas producciones de renombre al estilo 15 Minutes (2001), Along Came a Spider (2001) o Terminator Salvation (2009). Entre las 69 películas que lo tuvieron como miembro del reparto, una se destacó sobremanera: la precuela de Star Trek producida por J. J. Abrams. Allí personificó a Pavel Chekov y aseguró su rol como promesa de Hollywood. Pero aunque luego participó de otros proyectos en cine, todo tuvo un final tan abrupto como dramático.

Fue el 19 de junio de 2016 cuando se disponía a salir de su hogar en Studio City (Los Ángeles) para ir al ensayo con su banda, The Hammerheads. Luego de subirse a su vehículo, decidió salir un momento para revisar el buzón del correo. Pero un error de cálculo le provocó la muerte: dejó el Jeep Cherokee encendido, la camioneta rodó cuesta abajo y lo atropelló contra la reja de su casa. Una asfixia generó que, en menos de un minuto, el artista falleciera por accidente.

Víktor Yelchin e Irina Korina, sus padres, dieron una conferencia de prensa sobre el accidente (Getty).

Víktor Yelchin e Irina Korina, sus padres, dieron una conferencia de prensa sobre el accidente (Getty).

El documental Love, Antosha fue producido por su amigo Drake Doremus, quien llevó adelante un film que repasa todo sobre su vida personal y profesional a modo de homenaje. Fue así, como revelaron una enfermedad que Anton Yelchin ocultó por años: tenía fibrosis quística y decidía no exponerlo para seguir viviendo cada día con el entusiasmo que tanto lo caracterizaba. Al día de hoy, se recuerda como una de las pérdidas inolvidables de la industria.